34 mil ancianos yucatecos en la pobreza y abandonados
Hay un crecimiento acelerado de personas de la tercera edad, ni el gobierno ni la sociedad están preparados para atender el sector
Mérida, Yucatán. Alrededor de 34 mil 906 adultos mayores, es decir, 15 por ciento de la población de más de 60 años en Yucatán, debe trabajar para mantenerse, ya que no tuvo acceso a un retiro o jubilación.
Además, actualmente sólo hay una política pública federal que les brinda apoyo, lo cual ocasiona que los ancianos vivan en situación de “vulnerabilidad, pobreza y abandono”, informó la investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Gina Villagómez Valdés.
La especialista recordó que a nivel mundial y local hay un crecimiento acelerado del sector de la tercera edad, y la sociedad en general no está preparándose financiera ni socialmente para esa etapa, pese a que en México únicamente se ha implementado una política pública de apoyo para los adultos mayores: el programa 68 y más.
“Es el único proyecto gubernamental que asiste a los ancianos dándoles una pequeña cantidad, que, aunque no les cambia la vida, sí les modifica el ánimo porque tienen un pequeño recurso para aportar a la familia y no sentirse una carga”, sostuvo.
A su vez, comunicó que tampoco se trabaja en el plano de las relaciones afectivas. Actualmente 50 por ciento de los adultos mayores vive con sus parejas, es decir, cerca de 116 mil 356 viven con personas de su misma edad, lo que genera que otros familiares se alejen por pensar que están acompañados.
De igual forma, 18 por ciento de los adultos mayores (41 mil 888 individuos), viven solos por viudez o divorcio. La mayoría son mujeres y en algunos casos, especialmente entre las clases económicas medias y altas, los familiares se preocupan únicamente por brindarles bienes materiales, los ven únicamente los fines de semana o les hablan por teléfono, es decir “no hay un acercamiento emocional” con ellos.
Esto propicia que esas personas sean víctimas de ilícitos, como fraudes o robos. A nivel emocional, también puede generar depresión entre los adultos mayores, explicó Villagómez. En esos casos, también se ha detectado que los hijos se pelean por las propiedades porque “el que cuida a la persona de la tercera edad se siente con derecho sobre la propiedad, entonces hay conflictos y enajenan el bien del adulto mayor que todavía está en vida”.
Para la académica, estas situaciones ocurren porque a diferencia de épocas pasadas, las familias sueñan ser nucleares y buscan su propia movilidad social, por lo tanto, relegan a los ancianos. “Es una cuestión cultural”, puntualizó.
Actualmente la esperanza de vida es más prolongada. Por ello, comentó, es necesario que desde la juventud planeemos la vejez.
“Es allí donde las políticas públicas deben trabajar para valorar a las personas de la tercera edad y que tanto jóvenes como adultos hagan planes: que a partir de los 35 años inicien un ahorro. Tienen que tomarlo en cuenta”, concluyó.
(Con información de La Jornada Maya)