Solución al problema del agua

Las Islas Bermudas, un territorio británico de ultramar en el Atlántico norte, no tiene ríos, lagos o manantiales. ¿Cómo han logrado sobrevivir entonces los cerca de 70 mil pobladores de este archipiélago del Caribe?

El secreto está en los techos de las casas, que son diseñados con un sistema usado por primera vez hace más de 400 años.

La mayoría de los habitantes en las Bermudas vive en casas de colores claros, con techos llamativos de color blanco que además son escalonados.

¿Escalones en un techo? ¿A qué se debe esto? El motivo es la imperiosa necesidad de obtener agua y el diseño curioso permite precisamente eso.

Los escalones reducen la velocidad del agua de manera que es más fácil recolectarla en canaletas y almacenarla en tanques ubicados en el subsuelo de las casas.

Agua gratis

Las lluvias son abundantes y frecuentes durante todo el año, por lo que los tanques suelen estar llenos.

En las Bermudas cada casa es autosuficiente, no hay cañerías subterráneas en las calles y nadie paga un impuesto por el consumo de agua.

El diseño fue adoptado por los primeros habitantes del archipiélago y luego incorporado a la ley. Por cada metro cuadrado de techo cada casa debe tener en sus tanques espacio para unos 100 litros de agua.

Resistentes y antisépticos

El sistema de construcción tiene múltiples beneficios. Los techos son construidos de piedra caliza, por lo que son pesados y resistentes a los huracanes que golpean la región.

Antiguamente los techos eran recubiertos de cal, un material cuya alcalinidad, con un índice de pH de entre 12 y 12,5, combate las bacterias y funciona como un antiséptico natural. Esto dificulta que capas de moho se depositen sobre la superficie.

Actualmente los techos son pintados de blanco, por lo que reflejan la luz ultravioleta disminuyendo la temperatura.

Y el diseño tiene otro gran beneficio: alentar en la población una actitud de autosuficiencia que permite la conservación eficiente de agua.

Una taza para lavarse los dientes

«Aquí todos crecimos administrando nuestros propios tanques de agua, y eso te hace más consciente de la importancia de no desperdiciar este recurso», dijo a la BBC Alan Rance, director ejecutivo de la planta local de tratamiento de agua, Bermuda Waterworks.

Teníamos una taza para medir el agua al lavarnos los dientes.El último resto en la taza era para el último enjuague», Stuart Hayward

Por su parte, Stuart Hayward, asesor en temas ambientales, señaló que sus padres le enseñaron de pequeño que «quien no conserva agua puede acabar sediento».

«Teníamos una taza en la que medíamos el agua para lavarnos los dientes. Así racionábamos el agua de modo que el último resto en la taza era para el último enjuague», señaló Hayward.

«Y tampoco usábamos mucho detergente para lavar los platos, de forma que al finalizar el agua casi no tenía espuma y podía ser usada para regar las plantas».

El problema del turismo

La población en las Bermudas ha aumentado y esto ha alterado los cálculos iniciales sobre el agua que cada casa debe almacenar.

«Si construyes hacia arriba, agregando otro piso a tu casa, el área de techo será la misma. El techo estaba diseñado en principio para una familia, pero ahora deberá satisfacer las necesidades de dos», afirmó Hayward.

Y otro problema son los turistas, que esperan, y usualmente obtienen, cantidades ilimitadas de agua.

Pero ésta agua debe salir de algún lado. En el caso de las Bermudas, se extrae agua dulce de pequeños reservorios subterráneos.

Y cada vez más las islas dependen de plantas de desalinización de agua de mar.

Hay actualmente seis de esas plantas en las Bermudas, que producen unos 13.5000 metros cúbicos de agua potable por día.

«Siempre hay tensión entre el estilo de vida y el derroche de los turistas, y el consumo espartano que nos enseñaron nuestros padres», dijo Hayward.

Los turistas no sólo usan más agua, también disfrutan de campos de golf que requieren constantemente de riego.

Hay más campos de golf per capita en las Bermudas que en ningún otro país del mundo.

A veces se usa el agua desalinizada para duchas y lavado de ropa, y esa misma agua es luego recolectada y usada para mantener verdes los campos de golf.

«Fantástico»

¿Qué piensan expertos en otros países de los techos de las Bermudas?

Roger Calow, jefe de políticas sobre agua del Overseas Development Institute, un centro de estudios sobre desarrollo internacional en el Reino Unido, describe el sistema como «fantástico».

«Es de bajo costoy ha sido perfeccionado a lo largo de cientos de años. Está de acuerdo a las condiciones del lugar y funciona».

Henrietta Moore, del Instituto para la Prosperidad Global, Institute for Global Prosperity, en University College en Londres, también ve las ventajas.

«Es un sistema que enfatiza la responsabilidad individual y una visión común que se basa en valores culturales», asegura.

«Aquí en el Reino Unido simplemente dejamos la canilla abierta mientras nos lavamos los dientes. Usar una taza para medir el agua sería un buen comienzo».

La solución de las Bermudas no funcionará en países con lluvias menos frecuentes o que sufren períodos de sequía.

Otras islas del Caribe dependen por completo de plantas desalinizadoras, pero tal vez podrían ahorrar dinero con algunas medidas simples para ahorrar agua.

Y sea cual fuere el clima, cualquier país puede beneficiarse de algo muy arraigado entre los habitantes de las islas Bermudas: el valor que otorgan a un recurso tan preciado como el agua.

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