Silencio global ante crímenes de la coalición en Mosul
Espanta el siniestro silencio de la mayoría de medios ante los crímenes de guerra que se están cometiendo en Mosul, como si las vidas de los ciudadanos iraquíes no tuvieran el mismo valor que las de los ingleses, franceses o estadounidenses. La guerra, se supone, es contra el Estado Islámico, no contra los habitantes de ese país.
Unos responsables iraquíes afirmaron este sábado que decenas de civiles murieron en el oeste de Mosul por los bombardeos aéreos contra el último gran bastión del grupo Estado Islámico (EI) en Irak, unos ataques confirmados por la coalición liderada por Estados Unidos.
Las aviaciones: iraquí y la de la coalición internacional antiyihadista liderada por Estados Unidos bombardean la segunda ciudad de Irak para apoyar a las tropas que combaten al EI en el terreno.
La coalición reconoció en un comunicado que había atacado el lugar descrito por las fuentes locales.
«Una revisión provisional de los datos (…) indica que, a petición de las fuerzas de seguridad iraquíes, la coalición atacó a combatientes y equipamiento del Estado Islámico el 17 de marzo en el oeste de Mosul, en un lugar donde supuestamente hubo bajas civiles», señala el comunicado.
Sin embargo, las cifras precisas de esas «bajas» no han podido ser verificadas de forma independiente.
«Hay decenas de cuerpos que siguen sepultados bajo los escombros», indicó Bashar al Kiki, el jefe del consejo provincial de Nínive, cuya capital es Mosul.
El gobernador de esta provincia, Nawfal Hammadi, habló de más de 130 civiles muertos.
27 edificios derrumbados
Las fuerzas iraquíes lanzaron el 19 de febrero la ofensiva para reconquistar el oeste de Mosul, después de haber recuperado el este de la ciudad en enero.
Desde entonces, estas fuerzas han recuperado varios barrios, pero la ciudad vieja, principalmente, se les sigue resistiendo.
«La organización terrorista Dáesh intenta detener por todos los medios el avance de las fuerzas iraquíes en Mosul. Reagrupa a los civiles (…) y los utiliza como escudos humanos», declaró Hammadi a la AFP, utilizando el acrónimo en árabe para el EI.
Un general iraquí, que no quiso desvelar su identidad, afirmó que los bombardeos dañaron más de 27 edificios residenciales, de los cuales tres fueron completamente destruidos.
Omar Mohanned Sumayr y su tío Manhal, civiles que pudieron escapar este sábado de la zona, aseguraron que un inmueble donde había unas 170 personas en su interior resultó totalmente destruido, después de ser bombardeado, mientras unos combatientes del EI estaban en la azotea disparando.
«Francotiradores de Dáesh subieron y dispararon contra las fuerzas iraquíes». Un avión los atacó con un misil, afirmó Manhal.
«Nuestro edificio está al lado del que quedó destruido», añadió.
La ONU expresó su «profunda inquietud» y lamentó «esas terribles pérdidas humanas».
Más de 200 mil desplazados
Los combates se concentran actualmente en la entrada de la ciudad vieja, un dédalo de callejuelas muy poblado, poco propicio para el avance de los tanques y donde el uso de armamento pesado puede poner en peligro a los miles de civiles atrapados por los yihadistas.
Más de un mes después del lanzamiento de la ofensiva contra el oeste de Mosul, más de 200.000 personas han huido de los combates, según el Ministerio de las Migraciones y de los Desplazados iraquí.
«El número de desplazados llegados a las zonas situados en la orilla derecha (oeste) de la ciudad de Mosul es de 201.275 personas», indicó.
Pero casi 600 mil personas se encuentran en las zonas controladas aún por el EI, que representan cerca del 60% de la población del oeste de la ciudad.
Hay principalmente 400 mil personas en la ciudad vieja, afirmó el jueves un representante de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Irak.
Los combatientes del EI se apoderaron en 2014 de grandes extensiones de territorios al norte y al oeste de Bagdad, pero desde entonces, las fuerzas iraquíes los han expulsado de una gran parte de estos sectores.
El miércoles, el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, prometió la derrota del EI y la muerte de su jefe, Abu Bakr al Bagdadi, al día siguiente de un supuesto bombardeo de la coalición internacional que dejó al menos 33 civiles muertos cerca de Raqa, bastión del EI en Siria.
(Con información de AFP)