«¿Quién tiene el poder? ¡El pueblo tiene el poder!»

Los Angeles.- De silueta menuda y voz dulce pero firme, Dolores Huerta arenga a decenas de personas en una manifestación en Los Ángeles contra un proyecto para construir un oleoducto en Dakota del Norte: «¿Quién tiene el poder? ¡El pueblo tiene el poder!»

A sus 86 años, esta infatigable militante de movimientos sindicales, feministas, ecologistas y por los derechos humanos sigue en pie de lucha, aunque en gran medida es una desconocida si se compara con su compañero, el legendario líder sindical César Chávez.

Un documental presentado en el reciente Festival de Cine de Sundance, «Dolores», quiere dar un lugar en la historia a la inspiradora del eslogan «Yes We Can» o «Sí se puede» de Barack Obama, quien le otorgó la Medalla de la Libertad, el honor más alto de Estados Unidos.

Coproducido por Carlos Santana y dirigido por Peter Bratt, el filme propone «que la participación de las mujeres en la historia también debe ser reconocida», contó Dolores Huerta a la AFP en la sede de su fundación en Bakersfield, el corazón agrícola de California. «Y espero que aliente a otras mujeres a comprometerse».

«Muchas luchas»

Pero basta de hablar del pasado, sentenció Huerta, que quería que «Dolores» hablara «menos del pasado y más del futuro».

Destacó las muchas iniciativas que lleva a cabo la fundación, como la de hacer campaña puerta a puerta para registrar electores o luchar contra la discriminación en las escuelas, así como defender a la comunidad LGBT en la muy conservadora Bakersfield.

Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, Huerta vaticina «muchas, muchas luchas» en las que espera tener una participación activa. Sus días se siguen yendo en la organización de protestas, talleres de capacitación y reuniones con influyentes personalidades.

Teme que el nuevo gobierno pueda echar para atrás avances ganados en áreas como protección medioambiental, derechos de la mujer, aborto, control de armas y salario mínimo.

Mucha gente sale a marchar y protestar, pero al final de cuentas eso hay que traducirlo en votos», sentenció.

«Devaluadas e irrespetadas»

«Es fácil verlo en esta elección, teníamos una mujer que era más calificada para ser presidenta de Estados Unidos y no fue electa, a pesar de que ganó el voto popular, y tienes un hombre sin ninguna experiencia en gobierno, electo», destacó.

«Nos muestra cómo las mujeres en nuestra sociedad están devaluadas e irrespetadas», siguió la activista, descendiente de inmigrantes mexicanos y criada por una madre soltera durante la Gran Depresión de la década de 1930.

«Yo la llamo HIS-toria», lanzó en referencia a la histerectomía, operación en la que se extirpa total o parcialmente el útero.

La cinta «Dolores» traza el nacimiento de la Unión de Trabajadores Agrícolas (UFW, en inglés), que Huerta fundó en los años 60 con Chávez.

Se pasea por el combate por los derechos fundamentales de los trabajadores agrícolas como el acceso a agua fresca, baños operativos, condiciones de seguridad, descansos regulares, seguro de desempleo y salario mínimo.

Ambos organizaron huelgas, espectaculares manifestaciones hacia el Legislativo de California y un boicot nacional a las viñas para protestar contra las malas condiciones de los campesinos expuestos a pesticidas tóxicos.

Temas aún relevantes

Casada dos veces y madre de 11 niños, cuatro del hermano de César Chávez, Richard, Huerta ha marchado por el derecho a abortar junto a Angela Davis y Gloria Steinem.

Fue arrestada más de 20 veces, fue golpeada y seriamente herida por la policía durante una protesta en San Francisco en 1988.

Veinte años antes, se paró en un podio junto a Robert F. Kennedy, el hermano del presidente, minutos antes de que fuera asesinado en Los Ángeles en 1968.

Ese incidente le dejó el feroz compromiso con la lucha sin violencia ni armas de fuego.

«Fue muy emocionante ver la película, reviví muchas cosas», confesó.

«Muchos de los temas que aborda son aún relevantes, como la violencia policial, la discriminación contra las mujeres, el uso de pesticidas…», siguió.

El documental también muestra los sacrificios de la lucha: aquellos que perdieron la vida, que fueron golpeados y encarcelados, los niños que tuvieron que quedarse muchas veces solos y ver a sus madres recorrer el país por diversas causas.

«Pero es muy satisfactorio pensar que construimos un movimiento fuerte», expresó luego Huerta desde el monumento a Chávez en la sede de la UFW en la ciudad Keene, a 50 km de Bakersfield.

La influencia de la UFW se ha disminuido desde la muerte de Chávez en 1993. (Con información de AFP)

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