Quiebran al campo mexicano
En sólo seis años –de 2009 a 2015– la población rural del país se redujo en cerca de cinco millones de personas y, en la actualidad, más de 26 millones de campesinos (98 por ciento del total) están impedidos de adquirir la canasta básica, con lo cual se prevé que para el año entrante cerca de un millón de trabajadores del campo engrosen las filas de la pobreza extrema.
David Lozano, quien es economista e investigador del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM), expuso ese panorama y advirtió que la dramática reducción de gente que labora el campo en la nación se debe, entre algunos factores, a la falta de oportunidades, migración hacia la frontera norte en busca de mejores ingresos, malos precios de garantía para sus productos y lo más grave: la presencia del crimen organizado, que los ha obligado a rentarles sus tierras.
El recorte presupuestal al campo –previsto para 2017 en 27 por ciento– pone al país contra la pared y expuesto a una dependencia alimentaria y tecnológica total. Además de que en 10 o 15 años, la crisis alimentaria será mundial, alertó el especialista. “Esto es una bomba de tiempo y ni las instituciones públicas ni los científicos hacen esfuerzos para salir del problema”.
Para David Lozano, director del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía, la situación para las personas del campo es dramática, y se torna más grave debido a que de los 28.4 millones de campesinos, 40 por ciento (11.4 millones) son menores de edad, y en algunos casos son captados por los capos de la droga. De seguir esta tendencia, “las comunidades indígenas apenas sobrevivirán”, consideró.
Dependencia alimentaria y tecnológica
El académico, quien mostró el documento de la investigación realizada por el CAM, aseguró que con el ajuste a la baja del dinero destinado al campo se reducirán, entre otras, asesoría técnica, combate a plagas, mejoramiento de semillas, áreas protegidas, zonas marítimas y protección de especies.
De los 45 rubros que hay en el agro, 31 de ellos se verán perjudicados al no recibir apoyos, principalmente en lo tocante a investigación y comercialización, productividad, inversión, salud, investigación y apoyo a las mujeres.
No sólo afectará la disminución del monto, sino también el efecto que producirá. De cada peso efectivo, lo que se aplica son 40 centavos, el 60 por ciento restante va a gasto administrativo, el cual no se adelgaza. En los mandos medios sí hay una reducción, en los altos no.
Quienes ganan, dijo Lozano, son los de la agroindustria trasnacional. Ese es el nuevo reparto agrario. Tienen ganancias del 300 por ciento. Han aprovechado el suelo mexicano cerca de 600 empresas trasnacionales. Y para los mexicanos, al revés: no hay apoyos.
Recordó que el CAM se constituyó en noviembre de 1992 como un espacio académico y de investigación que contribuye a realizar análisis de coyuntura socioeconómica en México y América Latina, tomando como objeto de estudio esencial las condiciones de vida y trabajo de las clases populares, y que el 16 de octubre es el día Mundial de la Alimentación. (Con información Gaceta UNAM)