PRI y PAN quebraron el país y lo dieron en oferta a extranjeros
El periodismo llegar a tener aciertos considerables en el portal de noticias Sin Embargo que realizan un profundo trabajo de investigación. A continuación un extracto del artículo:
La tragedia del modelo mexicano: Quebrar al país y darlo en oferta a extranjeros no fue buena idea
En México, cuya economía depende de la norteamericana, la política económica, antes en poder del Estado, empezó a ser abierta al capital privado desde los años 80, sobre todo a partir del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, que a partir de 1988 privatizó más de mil empresas estatales. Una de ellas fue Teléfonos de México (Telmex), vendida –según un cable diplomático develado por Wikileaks– en condiciones “favorables” a Carlos Slim Helú, quien 20 años después figuró en la lista de los hombres más ricos del mundo.
Otra medida, pactada entre el Gobierno de Salinas y el del ex Presidente Bill Clinton –esposo de la precandidata demócrata Hillary Clinton–, fue el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que a partir de 1994 le permitió a las corporaciones norteamericanas movilizar sus inversiones de un país a otro.
Y, más recientemente, en 2013, el Congreso aprobó la propuesta del Presidente priista Enrique Peña Nieto para abrir al capital privado todos los procesos de la industria energética, en poder del Estado desde 1938.
Pero estas décadas de apertura económica, muestra una investigación publicada en 2014 por Escobar Toledo, han tenido como efecto una marcada caída de los salarios y en la profundización de la desigualdad.
De 1969 a 1977, el salario mínimo real crece a 5.7 por ciento anual, llegando a su punto más alto en este último año. Luego seguirá un periodo más corto, de 1977 a 1982, en que el salario mínimo tiene un ligero decrecimiento de 1.3 por ciento anual. En cambio, entre 1982 y 1992 se da la peor caída del salario mínimo en la historia del país: 6.36 por ciento anual acumulando un baja de 63.6 por ciento”, dice el artículo de Escobar, titulado “Salarios Mínimos: Desigualdad y Desarrollo”.
El desmantelamiento
El académico Alberto Arroyo Picard, autor de diversos análisis sobre la apertura económica de México, explica que, antes de los años 80, el contenido mexicano en los productos que se exportaban era de alrededor del 80 por ciento. Pero ahora, dijo, es de alrededor de un 30 por ciento.
El motivo: las empresas trasnacionales no están obligadas a consumir con proveedores mexicanos.
La lógica de la globalización es esa: integrar al corporativo; integrar las decenas de fábricas que tienen a lo largo del mundo; entonces, se compran a sí mismos. Ni siquiera buscan proveedores, los pueden tener ahí, al lado, no los buscan”, dijo Arroyo, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana.
“No están obligados a licitar, se compran a sí mismos, y dejaron de comprar en el país. Eso es el cuento que cuentan muchos empresarios: que dejaron de comprarles simple y llanamente porque los intereses son integrar”, agregó.
El supuesto del Gobierno mexicano era que la pequeña y mediana empresas se iban a encadenar a las cadenas productivas internacionales, y que iban a ser proveedores de grandes empresas, dijo.
Pero las empresas no los buscan, y no hay nada que los obligue a buscarlas. Eso te explica por qué se fueron desconectando”, explicó.
“Hoy todo lo importan. Entonces, sí generan empleos, en la industria terminal, pero pierden empleos de sus antiguos proveedores”, dijo.
La lógica es convertir en una fábrica global lo que eran fábricas independientes una de otra, agregó Arroyo, también fundador de la Red de Acción Frente al Libre Comercio (RMALC).
“Antes la industria automotriz producía todo el carro aquí, unos modelos aquí otros en otra parte. Ahora se trata de integrar, como una sola fábrica global, dispersa, pero integran las plantas que tienen en el mundo, y se olvidan del país, y eso es lo que hace que se pierdan empleos, porque se crean empleos en la punta, por decirlo así, en el sector exportador, y se pierden en el grueso”, dijo.
La mano de obra barata… y legal
En este contexto, el desequilibrio en la industria maquiladora sí tendrá en los miles de trabajadores sus principales víctimas, aunque durante años, éstos hayan denunciado en diferentes ocasiones constantes abusos por parte de los patrones, aunque curiosamente, todos dentro del marco de la ley.
En el sector automotriz, por ejemplo, México es el cuarto exportador a nivel mundial y en caso de que las Big Three [General Motors, Chrysler y Ford] abandonaran el país se pondría en riesgo cerca de 1 millón 100 mil empleos directos e indirectos que genera ese sector, que de acuerdo con la Secretaría de Economía, esa industria aporta el 3.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y el 18.3 por ciento del PIB manufacturero.
En entrevista con SinEmbargo, José Luis Solorio Alcalá, encargado del área de Trabajo y Conflicto del Sindicato de Trabajadores Unidos de Honda de México (STUHM), señala que aunque entre los compañeros de la planta se habla recurrentemente sobre las amenazas de Trump, consideran que éstas no abandonarán México porque las ganancias que siguen contabilizando aquí continúan siendo muy altas. (Con información de Sin Embargo)