PRI Edomex, modelo de delincuencia organizada: Padgett
En el nuevo libro del periodista Humberto Padgett León se analiza al Grupo Atlacomulco –de donde es el presidente actual, Enrique Peña Nieto- haciendo alarde de recursos económicos y prácticas clientelares para perpetuarse en el poder.
Hay tres cerdos en la portada, en un sitio donde los políticos viajan en helicóptero y los habitantes se han resignado a vivir en la inseguridad, a jugársela en traslados diarios de tres horas a sus centros de trabajo, donde la verdadera zanja separa a gobernantes y gobernados.
Esta es una investigación que retrata las condiciones de desigualdad social, inseguridad, corrupción, narcotráfico y secuestro en la entidad, por un periodista que recientemente ha sido agredido por investigar el narcomenudeo en la UNAM.
Su trabajo deja entender cómo los nexos con el crimen organizado han permitido a una clase política insensible y a sus huestes burocráticas, amasar fortunas y feudos de impunidad en un modelo que se extiende, lamentablemente, a todos los rincones del país.
Humberto Padgett León (Toluca, Estado de México,1975) estudió Periodismo en la FES Acatlán de la UNAM. Sus investigaciones se centran en el crimen organizado, la corrupción y los derechos humanos. Ha obtenido cinco veces el galardón del Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo (México); ha ganado los premios Internacional de Periodismo Rey de España (Agencia EFE); Ortega y Gasset (El País); Kurt Schork (Agencia Thomson Reuters); de la Federación Internacional de Periodistas; Iberoamericano de Periodismo Joven; Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez (FIL Guadalajara) y ha obtenido en tres ocasiones el Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter, entre otros.
–Me conmovió muchísimo lo que dices de los cerdos al principio del libro. Como si no estuviéramos en 2017 y viviéramos en siglos pasados.
–Hace poco estaba reflexionando sobre esta barbarie y tuve hace poco la suerte de poder conocer el mercado medieval de Cracovia y había en la entrada un cuchillo colgado de una cadena. Es un aspecto decorativo que recuerda la existencia de un aparato que sirvió en siglos pasados para amputar la mano de los ladrones. Lo que tiene que ver con el asunto a la vez que estaba en ese viaje apareció una de las escenas de este gore mexicano, llamado presente, en que amputaron la mano de seis ladrones, a algunos de los ladrones, le amarraron las manos a la cabeza, en Jalisco. En el 2017 una democracia que gasta mucho dinero en presumir la vigencia y la actualidad de su espíritu representativo, está conformada por una clase política que en algún momento puede tomar la decisión de arrojar cabezas de cerdos a las puertas de quienes se animan a decirles que desean sustituirlos en el gobierno. Es terriblemente descriptivo y es también el cerdo de la suciedad y la opulencia, del engorde ilimitado, del regodeo en la mierda de no tener al menos aspecto de que haya consciencia de que están batidos en la propia mierda.
–Tú hablas de que ellos van en helicóptero a trabajar y que nunca verán los prejuicios del transporte público, ¿verdad?
–Sí, eso es frecuente. Trato de estirar la analogía que se hace en México sobre la brecha entre pobres y ricos. Me decía un amigo periodista español que México no es la Ciudad de México, no es Polanco donde estamos, sino que México es el Estado de México. Chimalhuacán, Neza, Ixtapaluca, la suciedad, la pobreza, la violencia, la despreocupación mexicana ante lo grotesco, lo trágico, la alegría. El Estado de México muestra como en ningún otro lado que la verdadera franja que divide a unos y a otros es entre quienes gobiernan y quienes son gobernados. Quienes viven en esos lugares saben que deben llevar una cartera con 50 pesos cuando viajen en esos ataúdes con ruedas, porque si el ladrón no encuentra nada se pone bravo. Quien que gobierne el Estado de México, desde sus palacios de Atlacomulco, ha visto irse a la mierda a su casa como cada dos o tres años pasa en Acatepec. ¿Cuándo los hijos de Peña Nieto tendrán este dilema de ser sicarios de quinta, narcotraficantes de sexta o putas de tercera?
Si yo fuera un académico italiano que me dedicara a estudiar a las mafias y me pudiera dar una vuelta para estudiar al priismo mexiquense, diría ¡Espérate! Heriberto Lascano y todos los narcos que conocemos son unos pinches gatos al lado de estos.
–¿Tú dices que el Estado mexicano es la mafia?
–Yo digo que la manifestación más acabada de la delincuencia organizada en México es el PRI del Estado de México.
–¿No hubiera sido bueno presentar antes de la elección este libro?
–Hubiera sido muy bueno, pero no había ninguna editorial dispuesta a editarlo, hasta que apareció Planeta.
–¿Sufriste agresiones mientras averiguabas lo del narcomenudeo en la UNAM?
–Sí, yo formo parte del equipo de investigaciones de Ciro Gómez Leiva y para demostrar que había cárteles en la Ciudad de México se nos ocurrió que averiguara el narcomenudeo en la UNAM. Tuve una cámara, la descubrieron, me dieron una paliza y me apuntaron con varios revólveres. Tuve suerte y seguiré investigando lo que me toque.
(Con información de Sin Embargo)