Premio Nobel de la Paz contra Premio Nobel de la Paz
La Premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai, criticó este lunes a su homóloga Aung San Suu Kyi, icono de la democracia en Myanmar, por su silencio ante la violencia contra la minoría musulmana de la etnia Rohingya, que ha obligado a miles de birmanos a huir a Bangladesh.
En un mensaje publicado en cuenta oficial en Twitter, la activista paquistaní expresó su pesar por sufrimiento que los musulmanes rohingyas enfrentan en estado de Rakhine, en el oeste de Myanmar (antes Birmania), y la indiferencia de la también Nobel de la Paz 1991.
“En los últimos años, varias veces he condenado este tratamiento trágico y vergonzoso. Todavía estoy esperando que mi compañera laureada con el Nobel Aung San Suu Kyi haga lo mismo. El mundo está a la espera y los musulmanes rohingyas lo están esperando».
Desde hace casi dos semanas, casi 90 mil personas han huido de Myanmar hacia la vecina Bangladesh, por el incremento de actos de violencia, ataques, incendios premeditados y otras vejaciones cometidas contra los rohingyas.
La violencia se recrudeció el 25 de agosto pasado, luego de que decenas de estaciones de policía y bases militares fueron atacados por insurgentes musulmanes, lo que a su vez desencadenó una «operación limpieza» del ejército contra los rebeldes del Ejército de Salvación Rohingya del estado Arakan (ARSA).
«Cada vez que veo las noticias, se me rompe el corazón ante el sufrimiento de los musulmanes rohingyas de Myanmar», escribió la joven paquistaní en su menaje en Twitter, donde cuenta con unos 850 mil seguidores.
Malala, ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2014, junto con el activista Kailash Satyarthi por su lucha contra la supresión de los niños y los jóvenes y por el derecho de todos los niños a la educación, pidió el fin de la violencia en Myanmar.
«Hoy, hemos visto imágenes de niños que fueron asesinados por las fuerzas de seguridad birmanas. Estos niños no atacaron a nadie, pero sus casas fueron destruidas. Si Myanmar, donde viven desde hace varias generaciones, no es tu casa, entonces ¿qué es?», cuestionó.
La joven pidió a Suu Kyi su apoyo para cesar la persecución de los rohingyas y consideró que las autoridades birmanas deben reconocer su ciudadanía, dejarlos de considerar inmigrantes e no imponerles restricciones, como la privación de la libertad.
Malala también instó a la comunidad internacional dar refugio a los miles de birmamos rohingya desplazados por la violencia, el grupo minoritario más perseguido en todo el mundo.
«Otros países, incluido mi propio país, deben seguir el ejemplo de Bangladesh y proporcionar alimentos, refugio y acceso a la educación a las familias de Rohingya, que intentan escapar de la violencia y el terror», apuntó.
En diciembre pasado, Malala Yousafzai firmó junto con otros premios Nobel una carta conjunta en la que llaman a la «comunidad internacional en su conjunto a hablar mucho más fuerte» sobra la tragedia humana y crímenes contra la humanidad que se comenten en Myanmar.
De acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en los últimos días cerca de 90 mil mujeres, niños y hombres Rohingya han estado cruzando a Bangladesh por las áreas Ukhiya y Teknaf, para huir de la violencia.
(Con información de AFP)