Policía de EU entrena a restauranteros contra ‘terrorismo doméstico’
En la capital de Carolina del Norte, la policía entrena a dueños de bares y restaurantes para una situación que no debería preocupar en estos locales destinados al ocio: cómo responder a un tiroteo masivo.
Pero el ataque en junio en Orlando, Florida, en el que murieron 49 personas cuando un hombre entró armado hasta los dientes a una discoteca gay, fue el punto de quiebre.
Ahora los dueños de restaurantes y bares quieren saber cómo actuar si un hombre entra a su local disparando al azar 10 balas por segundo.
«El entrenamiento se enfoca en reaccionar rápidamente al sonido de disparos de armas de fuego», explicó Jim Sughrue, portavoz del Departamento de Policía de Raleigh en Carolina del Norte (sureste de EU).
«Básicamente, enseñamos a la gente a huir sin titubear, a esconderse si no puede huir y a combatir agresivamente al atacante si no es posible huir ni esconderse», dijo Sughrue.
Pero no quiere proveer demasiados detalles sobre el curso por motivos de seguridad.
Los organizadores piensan seguir convocando estos entrenamientos a medida que haya demanda. En el primero, que tuvo lugar hace dos semanas, participaron unas 50 personas que gerencian docenas de restaurantes.
El principal objetivo es «proveer a la comunidad de restaurantes de Raleigh la información que necesitan para mantener a su personal y a sus clientes a salvo en el improbable caso de que haya un tiroteo activo en su local», dijo Doug Jackson, portavoz de The Kitchen Cabinet, una asociación que reúne a restauradores de la capital sureña.
Jackson insistió en que no existe una amenaza específica, pero que ante la proliferación de ataques masivos y azarosos en Estados Unidos es necesario estar preparados.
Los tiroteos más mortíferos ocurridos en los últimos años, además del más reciente en Orlando, son el de San Bernardino, California (2015, 14 muertos), Newtown, Connecticut (2007, 27 muertos) y Aurora, Colorado (2012, 12 muertos).
«Siempre estoy pensando que puede pasar algo», dijo Chris Moutos, portavoz de los LM Restaurants, al canal local WTVD. El incidente en el club Pulse «hizo que la gente esté un poco más consciente de que cualquier cosa puede pasar en cualquier momento», añadió.
El miedo que generan estas masacres consigue que tras cada tiroteo aumenten las ventas de armas y que organizaciones públicas y privadas ofrezcan cursos de tiro a sus empleados.
En agosto, en uno de estos entrenamientos, una bibliotecaria de Florida murió de un disparo que le propinó accidentalmente un oficial durante un juego de roles.