México está en retroceso democrático: líderes

Ciudad de México. Hace 30 años el sistema político registró un hecho que transformó la vida del país: el 14 de octubre de 1987 el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) designó como su candidato a la Presidencia de la República a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano; días después, a esa candidatura se sumarían otras fuerzas para integrar el Frente Democrático Nacional (FDN).

Antes de aquella fecha, el 4 de octubre, se dio el “destape”, la añeja fórmula ritual que constituía uno de los momentos de mayor relevancia en el régimen hegemónico: el momento en el que se hacía público “el dedazo”, es decir, la designación que el presidente de México en funciones realizaba de quien sería su sucesor. El destape favoreció a Carlos Salinas de Gortari.

Hasta aquel octubre, Cuauhtémoc Cárdenas, exgobernador de Michoacán, formaba parte de la Corriente Democrática (CD), un grupo dentro del PRI en el que figuraban Porfirio Muñoz Ledo –exsecretario de Estado y exdirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional–, la economista Ifigenia Martínez –quien había sido diputada federal–, y también el autor de la idea de la formación del grupo, Rodolfo González Guevara, entonces embajador en España.

Formada en 1986, la CD tenía dos vertientes programáticas: oponerse a la tendencia neoliberal que ya se imprimía en la conducción económica del gobierno de Miguel de la Madrid, y propiciar una transición democrática desde dentro del PRI.

Cárdenas ganó la elección presidencial de 1988, pero el fraude electoral se impuso, como lo reconoció –dice el ingeniero– el propio De la Madrid en sus memorias.

De la derrota del FDN surgió, un año después, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y a la postre se generarían las reformas que posibilitaron la ciudadanización del órgano electoral y, finalmente, la alternancia en el Ejecutivo.

Tres décadas después Cárdenas considera que los problemas políticos, sociales y económicos se agudizaron; la democracia electoral sufrió un terrible retroceso en las elecciones de 2006 y 2012; toma distancia lo mismo del Frente Ciudadano por México –al que ve sin propuestas claras– que de Morena y de Andrés Manuel López Obrador, otro exmiembro de la CD.

Ifigenia Martínez, por su parte, afirma que el tabasqueño es el único representante de la continuidad de aquella corriente de pensamiento.

Pero ellos dos y Muñoz Ledo sostienen que la necesidad de un cambio en el modelo de desarrollo es el mismo, pues en estos 30 años se han profundizado las desigualdades.

(Con información de proceso.com.mx)

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