Les falla PRI-Gobierno a los más pobres
Ciudad de México.- De acuerdo con el análisis de la Cuenta Pública de 2015, realizada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la Cruzada Nacional Contra el Hambre no tuvo metas concretas para ese año ni reportó el avance en el cumplimiento del objetivo general: dejar el indicador “Porcentaje de la población en condición de pobreza extrema de alimentación” en 0 por ciento para 2018.
La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) tampoco entregó información sobre los resultados de trabajo del Consejo de Expertos de la Cruzada Contra el Hambre, a pesar de que desde el inicio del programa se instaló y de que éste sería el encargado de elaborar propuestas y recomendaciones en la materia.
No hubo pruebas de que dicho Consejo sesionara en 2015, por lo que se pone en duda la factibilidad de las medidas implementadas.
Apenas en el segundo mes de su administración federal, el 22 de enero de 2013, el priista Enrique Peña Nieto presentó la Cruzada Nacional Contra el Hambre en el municipio de Las Margaritas en Chiapas, comunidad que registra los índices más altos de marginación.
Desde su creación, el programa tiene como objetivo atender la prevalencia de la pobreza extrema alimentaria en 7 millones de personas, ocasionada por la insuficiencia de ingresos económicos y la carencia de por lo menos tres de los derechos sociales, incluido el de la alimentación.
En un acto al que asistió el ex Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien impulsó el programa Hambre Cero en su país, Enrique Peña Nieto lanzó la Cruzada Nacional Contra el Hambre. Foto: Cuartoscuro
El Presidente y Rosario Robles Berlanga, entonces a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), dieron arranque a un programa social que parecía tendría las mismas magnitudes que Prospera, hasta el momento el más importante en cinco administraciones.
Se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto por el que se establece el Sistema Nacional –mediante el cual se instrumentó la Cruzada– para atender el mandato constitucional de “garantizar el derecho a toda persona a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad”, y cuyo propósito es conjuntar esfuerzos y recursos de los ámbitos público, privado y social, para erradicar el hambre, conceptualizada como la condición de pobreza extrema alimentaria.
Y en el inicio lo fue para Peña Nieto y Robles Berlanga. Sin embargo, desde la revisión del desempeño de la Cruzada en 2014 –realizada por la ASF– se evidenció que el programa tenía deficiencias en el diseño, en la focalización de la población a atender y en la coordinación de acciones implementadas, por lo que no había pruebas de su contribución a la erradicación del hambre en 7 millones de personas. (Lea el reportaje completo de Daniela Barragán en Sin Embargo)