La falta de integridad, origen de la corrupción
El origen de la corrupción que vivimos es una falta de integridad en el servicio público y en la sociedad, porque aunque cueste mucho reconocerlo nos hemos acostumbrado a ver normal que la gente mienta y robe, afirmó María Marván Laborde, investigadora delInstituto de Invest igaciones Jurídicas.
Desde muy temprana edad, señaló, los niños y las niñas del país aprenden que se puede mentir y no hay problema; que se puede copiar en un examen y no pasa nada, o que pueden sustraer uniformes o útiles escolares de sus compañeros sin consecuencias.
Lo anterior muestra una relajación en términos de integridad que finalmente se reproduce en el campo de la política y en el ejercicio de la administración pública y, como no pasa nada, retroalimentamos esa conducta y seguimos con la misma situación, recalcó.
Escándalos nacionales
Al hablar en ocasión del Día Internacional contra la Corrupción, que se conmemoró el pasado 9 de diciembre, reconoció que una de las cuestiones más tristes que hemos vivido en los últimos años, no nada más este sexenio, son los escándalos de corrupción en los ámbitos federal, estatal y municipal, tan fuertes y costosos para la nación.
Hemos llegado a tal extremo que se han generado movimientos sociales en los que han participado organizaciones de la sociedad civil e instituciones universitarias como la UNAM en el planteamiento, diseño y exigencia del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA).
Esto, precisó, supuso la creación de una reforma constitucional y de una serie de leyes que se aprobaron en julio de este año con el propósito de centrar este problema, que es un verdadero cáncer para la vida pública mexicana.
Dicha iniciativa parte de la idea de que la corrupción es sistémica y no cultural, porque esto significaría decir que así nacimos y así nos vamos a morir, apuntó. En cambio, explicó, decir que es sistémica es reconocer que no se trata nada más de perseguir a un corrupto o al corrupto y al corruptor, sino a un sistema que les ha permitido cometer todo acto de esa índole.
Si bien es cierto que hoy en día no podemos saber si hay más corrupción que hace unos años, podemos afirmar que ésta es más visible y gracias a ello hay una mayor irritación de la sociedad, subrayó la especialista en desarrollo democrático.
Acciones para prevenir, detectar y perseguir
Por eso es esencial el SNA, que fue concebido con el objetivo de integrar acciones de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial orientadas a la prevención, detección y persecución, e investigación administrativa y penal; ése es su mérito, “pero no se va a echar a andar con una varita mágica, hay que ser muy pacientes, porque si se considera sólo iniciativa de un sexenio habrá sido un fracaso rotundo”, advirtió.
“Debemos pensar que son muy limitados los resultados que vamos a ver en este periodo, pero si realmente armamos todas las piezas, como está diseñado en la Constitución, sí podríamos hacer un cambio significativo en el país en los próximos 10 años”, aseveró.
Es importante aclarar que la corrupción nunca podrá erradicarse de ningún lugar del mundo, pero se puede controlar si se tiene un sistema eficiente en prevenirla y castigarla, pues esto genera una actuación mucho más cautelosa de los propios servidores públicos, porque saben que pueden ser sorprendidos, y de ser así deben asumir las consecuencias, destacó Marván Laborde.
La educación en anticorrupción se debe dar en el momento en el que tengamos un sistema que funcione. En la medida en que echemos a andar un SNA justo y al mismo tiempo implacable con las infracciones menores y mayores, aprenderemos a obedecerlo, apuntó.
“Creo que este día no es necesario hacer algo contra la corrupción. En realidad lo que se ha realizado en México en el último año nos da motivos de celebración porque nos abre la posibilidad de generar una ruta distinta en este ámbito”, concluyó.