Imparable espiral de violencia con Peña Nieto
Ciudad de México. Con 2 mil 234 casos de homicidios dolosos, junio pasado se coloca como el mes más violento a nivel histórico desde el levantamiento de esta estadística en 1997.
Es así que en dos décadas mayo y junio de este año registran los peores niveles de este delito considerado de alto impacto. El anterior récord se ubicaba en mayo de 2011 con 2 mil 131 asesinatos intencionales, mientras que para mayo de 2017 la cuenta mensual cerró en 2 mil 191 episodios, y un mes después se rompe de nuevo este récord, ahora con 2 mil 234.
También hay aumentos, sin precedente en este año, en secuestros y robos a nivel general, tanto los cometidos con violencia y sin violencia.
Las cifras anteriores fueron emitidas este viernes por el Sistema Nacional de Seguridad Pública de la Secretaría de Gobernación, responsable de compilar los datos de procuradurías y fiscalías estatales.
Ciudad de México sumida en la delincuencia
En un operativo realizado por efectivos de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) fueron abatidos ocho integrantes de una banda de narcomenudistas en Tláhuac. La organización delictiva que opera en esa delegación y en las demarcaciones de Milpa Alta, Xochimilco e Iztapalapa, controla grupos de vendedores de droga en las inmediaciones y dentro de Ciudad Universitaria.
El grupo de operaciones especiales de la Semar llegó alrededor de las 10:30 horas con vehículos artillados y personal pie-tierra para rodear el inmueble en el que se encontraban los miembros de esta célula delictiva y fueron recibidos a tiros y posteriormente grupos de sicarios causaron zozobra en diversas zonas de Tláhuac.
Según registros de autoridades federales, la banda de El Ojos habría iniciado operaciones en 2012 con apoyo de grupos que se separaron del cártel de los hermanos Beltrán Leyva.
Entre los narcomenudistas abatidos se encuentra Felipe de Jesús Pérez Luna, El Ojos, líder de esta organización que opera con redes de bicicletas y mototaxis de la zona de Tláhuac, tanto para la distribución de enervantes como de halcones que informaban de los movimientos policiacos en la zona, y que luego del enfrentamiento intentaron realizar dos bloqueos en calles por las que se accedía al sitio donde los marinos realizaban sus acciones.
La banda de El Ojos surgió en 2011 y tomó el control de la distribución de drogas en la zona oriente de la capital del país, además de contar con varias células de distribuidores de drogas en diversas zonas de la capital.
Según reportes del gobierno federal, Ciudad Universitaria se convirtió en uno de sus principales mercados, ya que sus grupos distribuían enervantes dentro del campus en el área conocida como Los Frontones, la cual fue cercada con malla de alambre hace unas semanas, en las «Islas» y en los alrededores del estadio universitario, y supuestamente sus ingresos diarios superaban los 100 mil pesos.
Desde 2011 varios integrantes de esta organización fueron detenidos en diversas ocasiones en calles y colonias cercanas a Ciudad Universitaria. En ese entonces la policía capitalina los aprehendió y puso a disposición del Ministerio Público del fuero común –muestra de ello fue el inicio de la averiguación previa FMC/MC-2/T3/00797/12-09–, y por parte de la Procuraduría General de la República la PGR/DDF/COE/AO-III-0492/11-03, pero en todos los casos los detenidos no fueron consignados ante un juez.
El Ojos, Felipe de Jesús Pérez Luna –de 48 años y originario de Tláhuac– logró formar un grupo de supuestos sicarios bajo el mando de un ex convicto identificado como El Cholo, y cuenta con un operador al que las autoridades han identificado como El Chicano, y presuntamente podrían ser quienes se disputen el liderazgo de la organización ante el fallecimiento de El Ojos.
La organización fue creciendo y presuntamente se convirtió en rival del llamado cártel Tepito, que opera también en diversas zonas de Ciudad de México, incluyendo colonias como La Roma, Condesa y Centro.
Informes de autoridades capitalinas refieren que cuando menos desde hace tres años autoridades capitalinas los tenían identificados, luego de que llevaron a cabo un operativo en esa demarcación durante el cual iban a detener uno de los líderes de este grupo delincuencial; sin embargo, la acción se vio frustrada porque los halcones de El Ojos hicieron huir a los elementos de seguridad.
En cuanto a los bicitaxis y mototaxis, en 2013 el número de estos vehículos en Tláhuac se incrementó 200 por ciento, al pasar de 3 mil a 9 mil unidades, y la red de delincuencial de Felipe de Jesús se extendía desde Tláhuac hasta el municipio mexiquense de Chalco, ubicado entre Ciudad de México y el estado de Puebla.
Además del comercio de mariguana, droga sintética y cocaína, la banda de El Ojos controla diversos comercios en la demarcación y cobra «derecho de piso» a tianguistas, además de realizar extorsiones a comerciantes.
Según las fuentes consultadas, este grupo delictivo se habría formado a partir de una de las células que se escindieron del cártel de los hermanos Beltrán Leyva que operaba en el estado de Morelos.
El operativo naval
Poco antes de la una de la tarde comenzó a surgir información del enfrentamiento registrado en el domicilio que se localiza en la esquina de las calles Adolfo Uga y Simón Álvarez y que se extendió alrededor de cuatro manzanas en la colonia La Conchita Zapotitlán.
Las fuerzas federales desplegaron más de 200 elementos –algunos de ellos con equipos antimotines– para resguardar la zona del enfrentamiento y la búsqueda de integrantes de este grupo delictivo que era investigado por la Procuraduría General de Justicia de Ciudad de México (PGJCDMX) y la Procuraduría General de la República (PGR).
Los marinos también cercaron el lugar con algunos camiones artillados, y vehículos de transporte de personal, además de algunas camionetas artilladas, acción a la que posteriormente se sumaron integrantes de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina y de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la PGR.
Al filo de las 14 horas ocurrieron varios actos de violencia. Según testigos, un grupo de hombres armados que viajaba en una camioneta tipo Van realizó disparos al aire y obligó a los pasajeros de dos camiones de la Ruta 50, a descender de las unidades y posteriormente les prendieron fuego en Canal de Chaco y Avenida de las Torres.
La violencia provocó temor entre la población y cientos de comercios cerraron sus puertas, los habitantes de la zona donde hubo presencia de policías y marinos se resguardaron en sus viviendas, y se suspendieron clases en algunas escuelas.
En tanto, un grupo armado se apoderó de un camón materialista y le prendió fuego. En otros hechos, la policía detuvo a 27 personas que presuntamente estaban en posesión de bombas molotov y quedaron a disposición de la PGJCDMX.
Ante la violencia generada, un helicóptero de la Semar sobrevoló durante varias horas la zona donde se realizó el operativo naval, en tanto que la estación La Nopalera del Metro fue cerrada, y la policía capitalina desplegó más de 400 agentes para realizar revisiones a unidades de transporte público que transitaron hacia las avenidas y calles de la delegación Tláhuac.
Oficialmente, la Semar informó que durante el enfrentamiento fallecieron ocho presuntos delincuentes, entre ellos Felipe de Jesús Pérez Luna, El Ojos, y que esta acción se realizó «en apoyo a la PGR».
La dependencia indicó que “durante un patrullaje en inmediaciones de la delegación Tláhuac el personal naval «fue atacado por presuntos infractores de la ley, por lo que se repelió la agresión, resultado del intercambio de disparos», lo que dejó un saldo de ocho personas abatidas.
“Esta acción permitió que personal naval controlara la agresión resultando de dicha acción que fallecieran ocho presuntos infractores de la ley, entre ellos Felipe de Jesús «N», quien era cabeza de una organización delictiva extremadamente violenta y que operan en las delegaciones de Tláhuac e Iztapalapa. En el lugar se encontraron diversas armas largas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas”.
Los cadáveres de los ocho presuntos delincuentes fueron trasladados al servicio forense de la PGR para la práctica de la necropsia de ley.
(Con Información de La Jornada)