Frena jueza decreto anti migrantes de Trump
New York.- Los defensores de los derechos de los migrantes lograron su primer round frente a Donald Trump, después que la justicia bloqueara en parte un decreto del Gobierno para impedir el ingreso de musulmanes a Estados Unidos.
Varias organizaciones, entre ellas la poderosa Unión estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), interpusieron una demanda judicial el sábado contra el decreto promulgado un día antes por el mandatario, logrando que la justicia lo bloqueara en parte.
El decreto suspende la acogida de refugiados musulmanes durante 120 días, así como el ingreso durante 90 días de ciudadanos de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen, mientras se revisan los criterios de admisión.
Su aplicación desde la noche del viernes tomó por sorpresa a viajeros que ya habían abordado sus vuelos o estaban listos para abordar.
La jueza federal de Nueva York Ann Donnelly impidió al Gobierno expulsar a esos pasajeros tras una audiencia de urgencia realizada en la noche del sábado.
Además de la decisión judicial, cientos de personas se manifestaron pacíficamente en el aeropuerto John F. Kennedy Airport de Nueva York.
«La gente está preparada para oponerse a esto», dijo David Gaddis, de 43 años. «No es sorprendente que la gente se movilice. Cada día que [Trump] está en su despacho, hay una emergencia nacional».
En otros grandes aeropuertos, como Washington, Chicago, Mineápolis, Denver, Los Ángeles, San Francisco y Dallas también hubo concurridas protestas.
Donnelly ordenó al Gobierno que facilite listas con todos los detenidos en aeropuertos estadounidenses desde la entrada en vigor de la medida.
Una jueza federal de Virginia anunció una decisión similar que alcanza a los pasajeros del aeropuerto de Dulles, cerca de Washington DC, dijo el diario The Charlotte Observer.
«Bienvenidos»
Las organizaciones presentaron la demanda este sábado por la mañana, tras la detención en la noche del viernes de dos iraquíes en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York, pese a que contaban con documentación en regla.
Uno de ellos trabajó para el Gobierno estadounidense en Irak durante 10 años y el otro vino a Estados Unidos a reunirse con su esposa, que trabaja para una empresa contratista estadounidense, señaló la demanda.
Los representantes demócratas de Nueva York en el Congreso, Jerry Nadler y Nydia Velasquez, se unieron a la protesta en el estacionamiento del JFK y negociaron todo el día con la policía aeroportuaria.
Obtuvieron la liberación de uno de los iraquíes, Hameed Khalid Darweesh, que trabajó para empresas estadounidenses y en el consulado en Erbil; los manifestantes lo recibieron al grito de «¡bienvenido a casa!», «¡los musulmanes son bienvenidos!, ¡ni odio, ni miedo!».
Larga batalla
Esta movilización y este primer fallo judicial auguran una larga batalla entre los defensores de los inmigrantes y el Gobierno de Trump.
«Es la primera salva dentro de una larga batalla frente a los tribunales», consideró Michael Kagan, especialista en derecho de la inmigración de la Universidad de Nevada.
«Hubo muchas especulaciones sobre lo que Trump realmente quiso decir, si los tecnócratas del Gobierno lo iban a moderar (…) parece que está haciendo literalmente lo que dijo que iba a hacer», añadió.
Según el consejero de Trump Rudy Giuliani, el presidente inicialmente pidió un decreto para «prohibir a musulmanes» la entrada a Estados Unidos y solicitó al exalcalde de Nueva York que le mostrara «la manera para hacerlo legalmente»,
«Cuando lo mencionó por primera vez dijo ‘prohibición a musulmanes'», explicó Giuliani al canal de televisión Fox News el sábado por la noche, indicando que la elección de esos siete países se debió a que son «áreas del mundo que suponen un peligro» para Washington.
Preocupación en el extranjero
La medida de Trump fue criticada en casa y en el extranjero.
Su contrincante en la carrera por la Casa Blanca, la demócrata Hillary Clinton, advirtió a Trump en Twitter: «Nosotros no somos así».
El presidente francés, François Hollande, instó el sábado a Trump a «respetar» principio de «acogida de refugiados».
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, condenó este domingo las restricciones impuestas por Trump y dijo que, por difícil que sea la lucha contra el terrorismo, «no justifica colocar a gente de cierto origen o creencia bajo la sospecha general», según su portavoz, Steffen Seibert.
Un portavoz de la primera ministra británica, Theresa May, señaló que «la política migratoria de Estados Unidos es un asunto del Gobierno de Estados Unidos», pero dijo que Downing Street está «en desacuerdo con esa forma de encararla»,
Y el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, consideró en un tuit que el decreto es un «gran regalo para los extremistas». (Con información de AFP)