Exhiben la trampa de la ganancia a toda costa
Kweku Adoboli era un dinámico y exitoso operador de la City de Londres hasta que, de un día para otro, se convirtió en el rostro del mayor escándalo financiero de los últimos tiempos en Reino Unido.
En una serie de transacciones irregulares, este joven de origen ghanés le hizo perder una fortuna mil 900 millones de dólares americanos a su empleador, el gigante suizo UBS (uno de los bancos más grandes del mundo).
El sector financiero y la justicia no se lo perdonaron: Adoboli fue condenado a siete años de prisión en 2012.
Los fiscales lo describieron como un «maestro estafador» y un «sofisticado mentiroso».
Y desde entonces este hombre que hoy tiene 36 años no ha podido quitarse de encima el rótulo de «el operador financiero más deshonesto en la historiade Reino Unido», como lo calificó la policía.
Recientemente salió de prisión (antes de lo previsto por buena conducta).
Adoboli no sólo niega ser un criminal, sino que además rechaza la teoría de que actuó como un «lobo solitario» en el mundo de los bancos.
Según él, en las instituciones financieras impera la consigna de «ganar dinero sin importar cómo».
Adoboli, quien se ha disculpado públicamente por el fraude, le asegura a la BBC que el sistema lo llevó a actuar como lo hizo.
«Los operadores son impulsados a obtener enormes ganancias y son premiados por ello», afirma.
«Hay un verdadero conflicto de intereses en los bancos, porque por otro lado quieren mostrarse como instituciones responsables».
Por eso, Adoboli no duda de que otros operadores hayan cometido -y estén cometiendo- delitos similares a aquellos por los que él fue encarcelado. «Estoy absolutamente convencido», exclama.
«Es algo que está en la base de la industria financiera», afirma Adoboli.
«Claramente, en el sector financiero hay un conflicto entre las metas y las posibilidades de lograrlas», asegura.
Según Adoboli, cada vez que a un operador enfrenta este conflicto ingresa en «una zona gris proclive al delito», de modo que la probabilidad de que haya irregularidades a nivel cotidiano «es alta».
Entonces, la gran pregunta que queda en el tintero es cómo los directivos del banco UBS tardaron tanto en enterarse: ¿realmente no lo detectaron o simplemente lo permitieron?
El ex operador se siente solo porque el sector financiero lo ha desmentido y aislado.
Pero él insiste en que hay muchos otros cómo él que han caído en la trampa del beneficio a toda costa. (Vea el artículo completo en BBC mundo)