¿Estás de acuerdo con la ‘tarifa de gordos’ en aviones?
Al principio, los asientos de los aviones eran «talla única»: funcionaban para casi todos los pasajeros. Hoy, esos asientos -de entre 42 y 46 centímetros de ancho- son cualquier cosa menos aptos para todo tipo de persona.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad ha aumentado a más del doble desde los 80.
En 2014, había más de 1.900 millones adultos con sobrepeso y más de 600 millones eran obesos.
Entre muchas otras consecuencias, este problema tiene un efecto sobre el transporte aéreo. Y pone de relieve el conflicto entre las necesidades de las aerolíneas y los derechos básicos de los pasajeros.
Derecho a volar, derecho a la comodidad
El mes pasado, el abogado Giorgio Destro, de Padua, Italia, interpuso una demanda contra la aerolínea Emirates, alegando que su vuelo se vio afectado por un pasajero obeso que estaba sentado a su lado.
Según el informe, Destro no pudo sentarse cómodamente en su asiento asignado y pasó gran parte de su vuelo de nueve horas entre Ciudad del Cabo y Dubái de pie o sentado en los asientos reservados para la tripulación.
¿Su prueba? Un selfie que se tomó, en la que retrató también cómo el brazo de su compañero de viaje estaba invadiendo su espacio.
Los defensores de los derechos de los pasajeros argumentan que la mayoría delas aeronaves no pueden acomodar a pasajeros con todo tipo de cuerpos y que todo el mundo tiene derecho a volar.
Las personas tienen diferentes formas y tamaños y es inusual que cualquier asiento les proporcione una experiencia de viaje cómoda y agradable»
Peggy Howell, NAAFA
«Altas, bajas, delgadas o gordas. De espaldas anchas, caderas grandes o piernas largas. Las personas tienen diferentes formas y tamaños y es inusual que cualquier asiento les proporcione una experiencia de viaje cómoda y agradable», dice Peggy Howell, vicepresidenta de la Asociación Nacional para el Avance de la Aceptación de la Gordura (NAAFA, por sus siglas en inglés), en EE.UU.
«La responsabilidad de prestar servicio a clientes de todas las tallas es el costo de hacer negocios en el mundo moderno de hoy en día. Y ese costo no debería ser a costa de ningún grupo de individuos».
Cargos excesivos
Muchas aerolíneas han respondido a la creciente epidemia de obesidad insistiendo a pasajeros de más talla en que compren dos asientos para asegurar su seguridad y comodidad.
A veces, la aerolínea ofrece un reembolso si hubo al menos otro asiento vacío en el vuelo.
Pero, recientemente, se ha creado una nueva tarifa: la llamada «tarifa de gordos».
Además de otros costos adicionales, desde el equipaje facturado hasta las bebidas en el vuelo, Samoa Air está cobrando por sobrepeso.
¿Es esta tarifa a los clientes con más peso otra estratagema empresarial? ¿Deberían los costos adicionales incluir realmente cuánto pesa una persona?
El debate incluye argumentos discriminatorios y económicos.
Cuanto más pesado es un avión, más combustible quema. Y las aerolíneas siempre están buscando la manera de viajar de forma más ligera.
Durante 75 años, los pilotos han tenido que transportar manuales de 18 kilos en cada vuelo, pero la mayoría de las aerolíneas estadounidenses invirtieron millones de dólares en convertir esos pesados libros en iPads.
«Entre dos pilotos, eso son 36 kilos por despegue», dice Kurt Doerflein, un mecánico experimentado que trabaja para una importante compañía estadounidense. «Hay más de 100.000 vuelos comerciales al día en el mundo, y eso suma», explica.
American Airlines ha dicho que este cambio le permitiría ahorrar US$1,2 millones al año en gastos de combustible.
Pero, además de cobrar a los clientes por su peso, ofrecen una fila con más espacio, más cómoda para los pasajeros de mayor tamaño, que mide entre 30 y 35 centímetros más que un asiento convencional.
Un kilo es un kilo
Chris Langton, director ejecutivo de Samoa Air, dice que el ese sistema de pago por peso llegó para quedarse.
«Lo único que pueden vender los aviones es peso. La gente lo entenderá muy pronto. Se preguntarán por qué la gente más ligera tiene que pagar por la gente más pesada, y por qué les cobran por ‘exceso de peso’ con tasas excesivas», asegura.
En otras palabras, la discusión gira en torno a si es justo que a una persona que pesa 70 kilos le cobren por su maleta de 20 kilos, mientras que una a persona que pesa 140 kilos con un bolso de mano no le cobren nada.
«Como nosotros decimos, ‘un kilo es un kilo'», sostiene Langton.
Sin embargo, Peggy Howell, de NAADA, dice que la obesidad es una enfermedad, y que la gente obesa debería tener la opción de proteger sus derechos.
«La Asociación Médica Estadounidense (AMA, por sus siglas en inglés), declaró recientemente que la obesidad es una enfermedad, lo cual debería proteger a este tipo de pasajeros».
Howell señala que la agencia canadiense de transporte (CTA, por sus siglas en inglés), abordó este asunto en 2009 y emitió una normativa sobre tarifas únicas, lo que incluye a los pasajeros con minusvalías.
Entre ellos, los pasajeros «clínicamente obesos» (con un Indice de Masa Corporal mínimo de 35) que no caben en un sólo asiento.
Costo del peso
Lo que no está claro es cuánto aumenta realmente los costos el peso del pasajero en comparación con otros factores como el combustible, la mano de obra, la propiedad de aeronaves y el mantenimiento.
«Los pasajeros con más peso incrementan el peso total de la aeronave. Y, por lo tanto, el combustible que se quema y los costos totales», dice Luke Jensen, investigador del Centro Internacional MIT para Transporte Aéreo.
Aunque advierte que «la diferencia real en el costo de combustible varía según el vuelo, pero es relativamente pequeña».
«En un vuelo de Boston a Denver, por ejemplo, una diferencia de peso de 20 kilos aumentaría el consumo de combustible de US$3 a US$5».
Jensen dice que podría ser «justo» pesar a cada pasajero con su equipaje y cobrarle en consecuencia.
Pero «teniendo en cuenta que la gordura tiene que ver con factores genéticos y de comportamiento, las razones puramente económicas pierden peso», dice Jensen.
Teniendo en cuenta que la gordura tiene que ver con factores genéticos y de comportamiento, las razones puramente económicas pierden peso»
Luke Jensen, investigador del MIT
Sin embargo, hace una excepción: cuando la distribución del peso en la aeronave afecte a la seguridad de los pasajeros, especialmente en naves pequeñas.
«En los casos en los que la aerolínea considere que pesar a los pasajeros es necesario para operaciones de seguridad, creo que está justificado», dice Jensen.
Planes de asiento
A la larga, la solución radicará en el diseño de la aeronave.
«Hay un largo camino por recorrer», admite Langton. «Boeing y Airbus y otros fabricantes de acciones necesitarán rediseñar el interior de las naves».
Pero ya hay algunas ideas en el aire.
En 2015, la empresa alemana SII Deutschland’s SANTO Seat ganó el premio «Crystal Cabin Award» en la categoría «hardware para el comfort de los pasajeros».
El tamaño de su asiento es una vez y media el ancho de un asiento convencional y su objetivo es acomodar de forma segura a los pasajeros que viajan con niños pequeños y a los que tienen sobrepeso en la parte trasera de la cabina del avión.
Otra posible opción es el «asiento-banco de pasajero reconfigurable», de los ingenieros de Airbus Sven Taubert y Florian Schmidt.
Sería un banco flexible que pudiera dar asiento a grupos de personas, como familias con niños pequeños. La patente aún está pendiente.
Por ahora, la solución podría pasar por escoger los asientos de las aeronaves que aseguran mayor espacio.
«La mayoría de la gente no se da cuenta de que el ancho del asiento varía según la localización en la cabina», dice Doerflein.
«Por ejemplo, las primeras cinco filas son mucho más estrechas», explica.
Su consejo: «(elegir) los asientos más espaciosos, los que están en el centro de la aeronave».