El yoga como ejercicio aeróbico

El yoga ofrece algunos beneficios evidentes: reducción del estrés, flexibilidad muscular, una mayor sensación de bienestar e incluso para algunos la oportunidad de usar atuendos bonitos. Pero ¿cumple los requisitos de un ejercicio aeróbico?

La actividad aeróbica, caracterizada por una frecuencia cardiaca elevada y un aumento en el uso de oxígeno por parte del organismo, está ligada estrechamente a una mejor salud y una vida más larga; los lineamientos actuales recomiendan que la gente haga por lo menos 150 minutos de ejercicio aeróbico moderado a la semana.

Sin embargo, pocas investigaciones han analizado si el yoga es un ejercicio que cumpla con estos lineamientos. Ahora dos nuevos estudios publicados en Complementary Therapies in Medicine indican que es posible que así sea, al menos si se hace con rapidez.

La práctica de yoga por lo general consiste en posturas corporales intercaladas o seguidas de ejercicios respiratorios y meditación. Los movimientos más famosos son parte del saludo al sol, una serie de posturas que incluyen la postura de perro mirando hacia abajo, entre otras. Por lo general, se hacen al principio de las clases y pueden ser uno de los segmentos más demandantes en términos físicos.

Aun así, de acuerdo con una revisión de investigaciones sobre yoga hecha en 2016, la energía que gastan quienes se mueven con lentitud durante los saludos al sol por lo general es similar a la exigida por una caminata a 5 kilómetros por hora (este fue el caso tanto del yoga estándar como de las poses usadas en el yoga caliente estilo bikram).

Los científicos del deporte en la Universidad de Miami se preguntaron si el yoga menos lánguido podría ser más benéfico en términos aeróbicos. Colocaron máscaras y sensores en 22 voluntarios adultos, hombres y mujeres, para medir el gasto energético y la actividad muscular y los hicieron completar tantos saludos al sol como les fuera posible durante ocho minutos mientras tomaban de tres a doce segundos para mantener la postura y fluir de una a otra (los sujetos ya habían practicado yoga antes).

No es de sorprender que hacer yoga más rápidamente requirió un mayor esfuerzo y provocó una mayor quema de calorías: cerca de 48 calorías en promedio durante las sesiones de ocho minutos, en contraste con 29 calorías de los saludos estándar. Sin embargo, los investigadores también querían saber si la mayor parte de este gasto sucedía entre una postura y otra o durante las mismas.

Los saludos al sol, en particular cuando se hicieron tres veces más rápido, funcionaron como un entrenamiento de intervalos intensos, dice Joseph Signorile, profesor de la Universidad de Miami y autor principal de los estudios. La transición de una postura a otra es similar a los arranques de alta velocidad, afirma, mientras que las posturas permiten una breve recuperación.

Ocho minutos de casi cualquier tipo de entrenamiento de intervalos de alta intensidad cumplen con los requisitos para considerarse ejercicio aeróbico.

Por supuesto, la mayoría de las clases de yoga no siguen la estructura de este experimento. Quienes buscan este tipo de esfuerzo físico deben buscar clases etiquetadas como power yoga, de acuerdo con Melanie Potiaumpai, quien dirigió ambos estudios como candidata al doctorado en el laboratorio del Dr. Signorile.

El Dr. Signorile reconoce todas las virtudes no aeróbicas del yoga. “No estamos diciendo que debes ignorar la parte de la meditación”, dice. La contemplación guiada del cuerpo y el ser brinda beneficios psicológicos significativos.

Sin embargo, la energía empleada para lograrlos es casi la misma que gastas tomando una siesta. (Con información de The New York Times)

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