Egipto en estado de emergencia

Egipto se preparaba este lunes para instaurar el estado de emergencia por primera vez desde 2013, tras los atentados contra dos iglesias coptas que dejaron 45 muertos el domingo, aumentando la inquietud de los cristianos.

El estado de emergencia, que el presidente, Abdel Fatah al Sisi, anunció el domingo que quiere decretar por tres meses, aumenta considerablemente los poderes de la policía en materia de arrestos y vigilancia, y puede imponer restricciones a la libertad de movimiento.

El Gobierno indicó que el estado de emergencia comenzaría este lunes a partir de las 13H00 (11H00 GMT), aunque no estaba claro si éste había entrado en vigor o no. Según la Constitución, la medida requiere de la aprobación del Parlamento, una formalidad puesto que la mayoría de diputados de la cámara son partidarios del presidente.

Para el diputado Yehia Keduani, miembro de la Comisión de Defensa y Seguridad Nacional, «la mayoría del Parlamento aprobaría el estado de emergencia», puesto que «la situación lo exige para restablecer la seguridad nacional».

El estado de emergencia ya se había mantenido durante tres décadas bajo el mandato de Hosni Mubarak, y su abrogación fue una de las principales demandas de los militantes que protagonizaron la revuelta de 2011 que puso fin a su gobierno.

Suprimido en 2012, fue restablecido durante un mes tras el derrocamiento del presidente islamista Mohamed Mursi, al año siguiente, mientras las fuerzas de seguridad reprimían sangrientamente a sus seguidores.

Además, está en vigor desde hace varios años en una parte del norte de la península del Sinaí, donde el grupo yihadista Estado Islámico (EI) es muy activo.

 «Protección total»

El presidente había anunciado que lo declararía el domingo por la noche, horas después de un doble atentado del grupo EI contra dos iglesias coptas, en Alejandría y Tanta, al norte de El Cairo, en plena celebración del Domingo de Ramos.

Con un balance de 45 muertos, se trata de los atentados más sangrientos cometidos en los últimos años contra los coptos, que representan el 10% de los 92 millones de habitantes del país.

Tras ordenar un despliegue del Ejército para proteger las «infraestructuras vitales» del país, el jefe del Estado reclamó medidas para «asegurar una protección total de las fronteras».

Según Keduani, la medida permitirá a las fuerzas de seguridad mantener detenidos durante 45 días a «los elementos terroristas activos conocidos por los servicios, pero contra quienes no hay pruebas suficientes como para llevarlos ante la justicia».

El grupo EI, cuya rama egipcia había amenazado recientemente con intensificar sus ataques contra los coptos, indicó que ambos atentados fueron cometidos por kamikazes egipcios.

Funeral

El lunes por la mañana, en Alejandría, frente a la iglesia de San Marcos, donde la víspera un kamikaze «equipado con un cinturón de explosivos» provocó la muerte de 17 personas, los investigadores tomaban fotos de las tiendas dañadas.

El papa copto, Teodoro II, había asistido a las celebraciones en esa iglesia por la mañana, pero había abandonado el templo antes de que ocurriera la explosión.

En esta jornada, algunas mujeres, vestidas de negro y que acudían a misa, mostraban su carné de identidad a las fuerzas de seguridad para poder entrar. «Estoy tan triste, soy incapaz de hablar», confió una mujer de unos 40 años.

También se organizó un funeral en un monasterio cerca de Alejandría, en una iglesia llena a rebosar adonde fueron trasladados los cuerpos de las víctimas.

Otro ataque tuvo lugar en Tanta, en el delta del Nilo, a 120 kilómetros al norte de El Cairo, en la iglesia Mar Girgis. Murieron 28 personas y 78 resultaron heridas.

Los coptos ortodoxos de Egipto conforman la comunidad cristiana más numerosa de Oriente Medio y también la más antigua. Se consideran víctimas de discriminaciones por parte de las autoridades y de la mayoría musulmana.

Los ataques del domingo se produjeron cuatro meses después de un atentado suicida reivindicado por el grupo EI contra una iglesia de El Cairo, que dejó 29 muertos.

Por su parte, el papa Francisco, que tiene previsto viajar a El Cairo el 28 y 29 de abril, decidió mantener su visita, indicó un alto responsable del Vaticano en una entrevista con un diario italiano.

Mustafa Kamel al Sayid, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de El Cairo, advirtió del riesgo que el estado de emergencia puede suponer para los militantes de la oposición.

«Con Al Sisi, vemos que los arrestos y los juicios conciernen, afectan también a personas que no tienen ningún vínculo con los actos terroristas», avisó.

(Con información de AFP)

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