Desconfianza fractura estabilidad del sistema
En México, la confianza hacia el gobierno, medios, empresas y organizaciones no gubernamentales ha caído 11 por ciento en 2017, y es necesario que las instituciones emprendan acciones para recuperarla, advirtió la empresa de comunicación.
El reporte internacional Trust Barometer 2017 de Edelman es contundente: “La confianza está en crisis”. En 2016 y lo que va de 2017, cayó la credibilidad mundial en instituciones de gobierno, medios de comunicación, organizaciones no gubernamentales y las empresas.
En México particularmente, la confianza que el público informado percibe en torno a esas cuatro figuras cayó 11 puntos porcentuales en un año, a un 61 por ciento.
De acuerdo con el estudio presentado ayer, un 67 por ciento del público de México en general de plano no cree que el sistema funcione.
“Hoy el gobierno cuenta solamente con 24 por ciento de confianza, una de las cifras más bajas a nivel global, sólo por encima de Brasil, Polonia y Sudáfrica”, advierte en un texto la neoyorquina Edelman, una de las mayores empresas de comunicación del mundo.
Pero el problema no se limita a México y si bien la reputación puede recuperarse de manera relativamente rápida, los riesgos de esperar que el asunto se resuelva de forma inercial, sin acciones, son considerables, opinó en entrevista Allan McCrea.
“Una caída mayor de confianza y lo que termina haciendo es que el sistema colapse”, advirtió en torno a esta crisis global a El Financiero el director de la empresa en Latinoamérica. Desde su perspectiva, la manifestación del potencial colapso ya ofrece ejemplos.
“Problemas económicos, sociales, a través de lo que hemos visto en Latinoamérica, que es el populismo, lo que ha pasado en Venezuela, Ecuador”, expuso McCrea.
Los líderes del mundo descuidaron a su juicio el contacto con la gente y consecuentemente se distanciaron de ésta al punto de perder credibilidad.
“Lo que pasó con las figuras de autoridad en estos últimos años es que cometieron muchos errores, adrede o sin quererlo; trabajaron en erosionar su propia credibilidad y realmente los pares, las personas como uno, empezaron de boca en boca”, detalló el experto en torno a la generación espontánea de nuevos medios informales de comunicación.
Justamente esos nuevos canales, como las redes sociales Facebook y Twitter, ofrecen oportunidades a empresas y organizaciones que defiendan su calidad y ética aún en circunstancias complicadas, sugirió el directivo.
“Permiten un diálogo, un enriquecimiento de la conversación. No tenemos que platicar más a las distintas audiencias sino comunicarnos con ellas, hablar de igual a igual. Sus mensajes sirven para retroalimentar nuestras decisiones”, consideró. (Con información de El Financiero)