Denuncian contubernio OEA-EU en agresiones contra Venezuela

Caracas.- La escalada de agresiones de la Organización de Estados Americanos (OEA) contra el Gobierno y pueblo de Venezuela, una producción de los estudios de Washington desde el triunfo electoral de Hugo Chávez casi dos décadas atrás, sucede de marzo a esta parte a una velocidad muy superior a 24 fotogramas por segundo.

Con la explícita intención de fijar para cuanto antes el estreno mundial, esto es activar la Carta Democrática Interamericana del foro regional en el país suramericano, su secretario general, Luis Almagro, quiere convertirse en el primero en aplicar el instrumento a un Estado miembro contra la voluntad de su Gobierno.

Al ‘realizador’ uruguayo no le faltan millonarios recursos económicos, diplomáticos y mediáticos para llevar a término su proyecto, que en marzo último pareció ganar fondos decisivos luego de una sucesión de encuentros con empresarios y políticos de Europa, Mariano Rajoy (jefe del Gobierno de España) entre ellos.

Además, contó con reiteradas acusaciones del Departamento de Estado de Estados Unidos contra la gestión gubernamental del mandatario Nicolás Maduro y presiones del recién electo presidente Donald Trump a varios de sus homólogos de América Latina, para que se alineen en una posición hostil contra Venezuela.

Mas el epílogo de esta coproducción OEA-EU., con un reparto internacional amplísimo, se dio de bruces contra la soberanía del pueblo venezolano, un bien supremo de la Revolución Bolivariana defendido la semana que ahora concluye, cuando la ministra de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez, anunció al mundo la decisión de renunciar a la organización panamericana.

Porque persisten acciones intrusivas, arbitrarias, ilícitas, desviadas y groseras contra la soberanía de nuestra patria, denunciamos la Carta de la OEA e iniciamos el procedimiento para el retiro definitivo de Venezuela de esta organización, declaró la canciller desde el Palacio de Miraflores (sede del Gobierno).

Así, respondió a un grupo de gobiernos de derecha ‘constituidos en una facción dentro de la OEA, que pretende vulnerar la independencia de la República Bolivariana e intervenir en sus asuntos para tutelar a los venezolanos’.

Venezuela no participará en ninguna actividad o evento donde se pretenda posicionar el intervencionismo y la injerencia de este grupo de países, subrayó Rodríguez, quien explicó que la decisión se adoptó después de una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, en la que Estados Unidos impuso su agenda injerencista con el propósito de derrocar al gobierno constitucional de Maduro.

Aunque desde mayo de 2015, cuando Almagro asumió la secretaría general, la OEA incrementó las agresiones, esta conjura contra Venezuela es la saga cinematográfica de su complicidad con intervenciones militares, golpes de Estado y violaciones de los derechos humanos en América Latina y el Caribe.

Para corroborarlo, basta rebobinar las cintas de los golpes de Estado contra Jacobo Árbenz en Guatemala, Manuel Zelaya en Honduras y Chávez en la propia Venezuela; las invasiones de EU a Panamá (dos veces), República Dominicana y Granada; la agresión a Islas Malvinas, más otros desafueros democráticos colmados de escenas de sangre, a los cuales reaccionó con demoras y simulaciones, cuando no los apoyó o ignoró.

Creada y manejada a la usanza e intereses de EU, la OEA solo contribuye a asegurar la hegemonía estadounidense en el área y ahora, en medio de un proceso de descrédito internacional, muchos líderes se cuestionan su pertinencia para los pueblos de sus estados miembros.

Ahora, está empeñada en sumar la escalada de agresiones contra Venezuela en su catálogo. Pero, como con Cuba, que fue expulsada en 1962 y sobrevivió sin sombras de la OEA en su pabellón, no podrá filmar un final feliz.

(Con información de Semanario Orbe vía Prensa Latina)

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