Cataluña recurre la puesta de sus cuentas bajo el Gobierno central
El ejecutivo separatista de Cataluña presentó este lunes ante el Tribunal Supremo español un recurso contra la puesta de sus cuentas bajo la tutela del Estado, acusando al Gobierno central de querer provocar la parálisis de la administración autonómica.
Este recurso fue interpuesto este lunes, indicó una fuente del tribunal.
El Gobierno español anunció el viernes «un mecanismo de control de pagos novedoso» para evitar que se financie alguna «actividad ilegal», como el referéndum de autodeterminación convocado por el ejecutivo catalán para el 1 de octubre, pero prohibido por la justicia española.
El Estado pagará directamente los salarios de los funcionarios, prestaciones sociales y facturas de proveedores de servicios públicos.
El Ejecutivo catalán tiene hasta el martes para entregar la lista de estos pagos urgentes a efectuar.
Esta decisión fue tomada en reacción al anuncio del ejecutivo catalán de que no se someterá más al control semanal que el Gobierno central estableció en julio para asegurarse de que no se estuviera desviando dinero para la celebración del referéndum.
El vicepresidente catalán, Oriol Junqueras, denunció la medida en la radio RAC1, afirmando que implicaría verificar las facturas una a una y tendría como objetivo provocar el «colapso de la administración».
Implicaría «no poder destinar ni un euro a partidas como por ejemplo industria, comercio, agricultura, ganadería, cultura, investigación, deporte, juventud, vivienda», dijo ante los corresponsales extranjeros en Barcelona.
A su juicio, es una manera disfrazada de retirar la autonomía a Cataluña, una decisión que en principio sólo podría tomarse mediante la aplicación de un artículo de la Constitución, el 155, que conlleva un debate y el voto positivo de la mayoría absoluta en el Senado. «Lo están aplicando por detrás», afirmó.
Pero esta medida no impedirá el referéndum, garantizó. «El 1 de octubre los ciudadanos votarán, habrá urnas y habrá papeletas», sentenció.
La sociedad catalana está profundamente dividida sobre la independencia: en las elecciones autonómicas de septiembre de 2015, los partidos independentistas obtuvieron el 47.6% de los votos, mientras que los no independentistas lograron un 51.28%.
(Con información de AFP)