Bolivia conquistó su soberanía monetaria y estabilidad

La Paz.- Por primera vez en su historia, con el Proceso de Cambio, Bolivia tiene soberanía monetaria para llevar adelante su gran programa de transformaciones dentro de un esquema de estabilidad, afirmó el presidente del Banco Central, Pablo Ramos.

El destacado economista, escritor, rector, académico y último prefecto del departamento de La Paz antes de ser gobernación, destacó que esa soberanía fue el gran paso para tener una política monetaria basada en decisiones propias.

Durante una amplia conversación en su despacho del piso 23 con la vista de la ciudad y el nevado Illimani al fondo, Ramos recordó que, desde hace algunas décadas, antes del 2006, en Bolivia se impuso un proceso de dependencia de organismos financieros internacionales.

Particularmente, señaló, esta dependencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) se expresaba en un soporte financiero que otorgaban para estabilizar la moneda nacional y, aprovechando esa condición, participaban en todas las decisiones de política monetaria.

Junto con esto, agregó, había un aporte que daba al presupuesto nacional el gobierno de Estados Unidos y así sus dependencias, la embajada norteamericana y el FMI, eran quienes regían la política económica general y no solamente la política monetaria.

Intromisión extranjera

Con el neoliberalismo esto se acentuó, comentó Ramos, y la dependencia se expresaba también en un proceso de dolarización completo, en el cual la moneda boliviana fue sustituida por el dólar en sus funciones básicas de medios de pago, ahorro, y de expresión de precios.

De ese modo, dijo, la política monetaria boliviana casi no existía pues era todo definido por los organismos internacionales y en la propia sede del Banco Central el FMI tenía una oficina.

Incluso, agregó el ex rector de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) en cuatro oportunidades, el representante del FMI participaba en las reuniones del gabinete de gobierno donde se discutían temas económicos.

Esta dependencia hacía que la totalidad de los préstamos se hicieran en dólares, los depósitos también en dólares en nuestro sistema bancario, y la moneda boliviana (el boliviano) quedó relegada sólo para operaciones de poco monto, añadió.

Con el inicio del Proceso de Cambio bajo el liderazgo del presidente Evo Morales, acotó, el país poco a poco recuperó estas funciones a través del llamado ‘proceso de bolivianización’, que permitió a la moneda nacional recuperar su valor e ir desplazando al dólar.

Al punto, ejemplificó, que en este momento el 97.8 por ciento de los préstamos en el sistema financiero se hacen en moneda boliviana, y el 84.7 por ciento de los depósitos se hacen también en bolivianos.

Estabilidad monetaria para el desarrollo

Esa soberanía monetaria es lo que el país necesita y el Proceso de Cambio exige para llevar adelante el gran programa de transformaciones en los diferentes sectores y departamentos del país dentro de un esquema de estabilidad que es fundamental.

Al responder una pregunta sobre la proeza de mantener estable durante años la paridad cambiaria del boliviano respecto al dólar, el también autor de varios libros sobre economía se remitió a la Constitución aprobada por el pueblo boliviano el año 2009.

La Carta Magna, puntualizó, asigna al Banco Central y a la política monetaria el rol de preservar el poder adquisitivo de la moneda nacional al servicio del desarrollo y de la distribución de los ingresos.

De ese modo, explica, son tres los objetivos en el manejo de la política monetaria: estabilidad, desarrollo y distribución de los ingresos, orientados a lograr mayor equidad y justicia social.

En el Proceso de Cambio hemos tenido la prudencia de aprovechar los buenos tiempos de altos precios de los hidrocarburos para formar y acumular reservas, lo que se llama en economía crear colchones financieros, señaló Ramos.

Equilibrio entre oferta y demanda

Tenemos en este momento la estabilidad garantizada por reservas en nuestras cuentas y, además, por fondos que en cualquier momento pueden ser utilizados como respaldo adicional, afirmó.

Hemos procurado sobretodo mantener una política de equilibrio entre la oferta global y la demanda global, o sea, precisó, que tanto la producción nacional como las importaciones cubran la demanda, tanto de consumo como de inversión y de exportaciones.

Este equilibrio permite mantener precios, recalcó, y exige al mismo tiempo que la masa monetaria circulante en el país mantenga un equilibrio con la esfera de la producción real, en otras palabras, que el dinero se corresponda estrictamente con lo que la producción y la economía exigen.

Este equilibrio entre la esfera real y la esfera financiera es lo que permite que no haya inflación, y que no falte dinero para que no crezca el desempleo, señaló el académico y funcionario.

Esa regla de oro, enfatizó, de mantener relaciones adecuadas con la demanda y redistribuir ingresos a los sectores más desposeídos, a través del bono Juancito Pinto, el bono Juana Azurduy y la Renta Dignidad, garantizan la estabilidad y preservan el tipo de cambio. (FIN PRIMERA PARTE)

(Con información de Prensa Latina)

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