Avanzan antiinmigrantes en Alemania
Un año después de que Angela Merkel abriera las puertas de Alemania a los refugiados, el partido anti-inmigrantes AfD quedó este domingo 4 de septiembre en segundo lugar en las elecciones regionales en Mecklemburgo-Antepomerania (noreste) por debajo de los socialdemócratas y superando al CDU de la canciller, según sondeos.
La razón de incluir esta nota es plantear al lector se este sentimiento antiinmigrante promovido por el candidato republicano Donald Trump, triunfará en las elecciones de Estados Unidos.
Según encuestas a pie de urna, y ya con un 21% de los votos escrutados, AfD, creado en 2013, está detrás de los socialdemócratas y supera a la CDU de la canciller Angela Merkel, que es diputada de la región.
El SDP (socialdemócratas) estaba a la cabeza con el 30% de los votos, cinco puntos menos que en 2011, mientras que el partido de Merkel quedaría en tercer lugar con entre un 19% y un 20% de los votos, según sondeos de las cadenas de televisión públicas ARD y ZDF.
«Lo bueno es que dejamos a la CDU por detrás nuestro (…) quizá esto es incluso el principio del fin para la canciller Merkel», afirmó Leif-Erik Holm, jefe del partido populista en esta región de la exRDA comunista.
El secretario general de la CDU, Peter Tauber, reconoció una derrota «amarga» y calificó la votación a favor de AfD de «protestataria». «Lo percibimos con el debate sobre los refugiados», añadió.
La AfD hace de esta forma una entrada triunfal en el parlamento regional en la primera vez que participa en comicios en este Land.
Tres años después de su creación, la AfD refuerza de esa manera su posición en la escena nacional, al estar ese partido ahora representado en 9 de los 16 ‘Länder’ con sus éxitos electorales en tres regiones en la pasada primavera (boreal), entre ellos su récord de 24% en Sajonia-Anhalt (este). Los comicios del domingo, con el de Berlín el 18 de septiembre, ha sido como un ensayo general a un año de las legislativas.
El partido basó su campaña en el caos provocado, a su parecer, por la decisión hace un año exacto de la canciller de abrir las puertas de Alemania a los refugiados.
La integración de un millón de solicitantes de asilo el año pasado monopolizó la campaña electoral en este estado-región de la ex-RDA comunista, abonando el terreno para los populistas de derecha de Alternativa para Alemania (AfD).
Pese a que sólo hay unos miles de refugiados en Mecklemburgo, «la política migratoria ha provocado una gran sensación de inseguridad en la gente», explica a la AFP Frieder Weinhold, candidato de la CDU en Wismar, una ciudad de 42.000 habitantes a orillas del mar Báltico.
«Voto por AfD. La principal razón es el tema de los solicitantes de asilo», confirma un jubilado de Ludwig, que quiere permanecer en el anonimato. «Para ellos hay dinero, para los jubilados no», protesta.
La jefa de este partido, Frauke Petry, había pedido el viernes en un video a los votantes que «hagan historia, no sólo en el estado-región sino en toda Alemania» votando masivamente por la AfD.
‘Popularidad aterradora’
En un mitin el sábado en este estado regional donde se encuentra su propia circunscripción, Merkel había advertido del peligro del voto a los populistas, a «esa gente que provocan pero que nunca han hecho nada por este Land» (estado federado).
«Quiero reforzar la unión contra (la extrema) derecha (…) Sobre la AfD sólo tengo una cosa que decir: el enfado conduce a decisiones malas», afirma Ulrike Zschunke, de 31 años.
La última semana, la canciller, que se encuentra en China con motivo del G20, ha multiplicado este tipo de llamamientos.
La popularidad creciente de AfD es calificada de «aterradora» por el Consejo central de los judíos de Alemania.
La prensa ya se ha hecho a la idea. «Ahora Alemania tiene lo que no había existido desde el final de la guerra (en 1945): un partido de extrema derecha», lamenta el diario Die Welt.
‘Una bofetada’
Más allá del tema de los refugiados, la AfD se nutre «de las dificultades del SPD y de la CDU para diferenciarse», reconoce Weinhold. «Muchos no se sienten representados», añade. Un rechazo a las élites, junto a la política de austeridad regional, beneficia a los populistas pese a la buena salud económica de la zona.
Algunos políticos, desamparados ante el éxito de los populistas, culpan directamente a Merkel.
Esta política «ha provocado una escisión en nuestra sociedad», afirma el jefe del gobierno regional saliente, Erwin Sellering (SPD). «El clima en Alemania ha cambiado masivamente», dice, alarmado.
Merkel sigue insistiendo, sin embargo, en que la acogida masiva a los refugiados era necesaria en 2015. Desde dos ataques cometidos en julio por solicitantes de asilo y reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), la política de la canciller se centra más en la seguridad.