El sargazo es el oro del mar, asegura hotelero

Revelan forma de controlar el recale de las macroalgas mediante la industrialización, como podría ser la construcción de durmientes

Puerto Morelos, Quintana Roo. El Protocolo de Puerto Morelos descubrió que el sargazo es el oro del mar, y una vez que se le ponga precio a la macroalga el problema del arribo masivo se acabará porque ya demostró que sí hay forma de controlar el recale mediante la industrialización, y presentó tres de nueve métodos en los que incluso ya trabaja, incluido la construcción de durmientes.

Carlos Gosselin Maurel, consejero consultivo de la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos (AHCyPM), dijo que lo primero de lo que se habla es de las afectaciones a la industria turística, incluidos los peces muertos entre las macroalgas en las playas de Mahahual, pero también hay cosas positivas de las que hay que hablar.

“Lo positivo es que sí hay forma de limpiar y controlar el sargazo, esa es una parte muy importante (…) ya estamos protegidos contra el sargazo (…) Lo que representa el respeto al arrecife, en lo que representa esa área, que tiene un especial significado porque es el arrecife más grande de América (…) El sargazo lo hemos bautizado como el oro del mar”.

En conferencia, el también ex presidente de la hotelería organizada de la zona recordó que el año pasado recalaron y se recogieron en Puerto Morelos 750 mil metros cúbicos, con estadísticas formales precisamente del protocolo, lo que implicaría tener 300 canchas de fútbol con un metro de altura, llenas de la ova.

Comentó que de acuerdo con los modelos matemáticos de la Universidad de Galveston, Texas, se estima que la arribazón de este año será similar a la de 2018, con lo que se calcula que en los siguientes meses arribarán 24 millones de metros cúbicos; entonces, por qué no darle un uso porque no se puede tirar debido a que contaminaría el subsuelo.

Protección

En ese sentido, apuntó que gracias a la participación de la comunidad empresarial de Puerto Morelos, hay seis hectáreas para poder albergar los millones de toneladas que se esperan que arriben a los litorales del vecino municipio.

“Se han comprado las barreras para lo que es el puerto y se han comprado las barreras hasta ahorita del ciento por ciento de los hoteles, ya estamos protegidos contra el sargazo. Eso no quiere decir que aún con la barrera no llegue a pasar alguna cantidad, en momentos de mucho viento puede pasar arriba, y consideramos que 20 o 30 por ciento puede pasar.”

Gosselin Maurel comentó que cuando menos se podría dar un uso potencial al sargazo pelágico en diferentes industrias: en la alimenticia, la farmacéutica, la textil, la papelera, construcción –en la que combinada con ciertos polímeros puede usarse en la conformación de durmientes de ferrocarril–, en la turística, soldadura y producción de pinturas, entre otras.

Y advirtió que la mala disposición del alga en terrenos baldíos y sascaberas –canteras de piedra caliza, típica de la península de Yucatán– podría contaminar el acuífero, tanto por la producción de lixiviados durante su descomposición, como por la alta cantidad de nutrientes que contiene el vegetal marino como fósforo, nitrato y carbono.

Modelo no replicable en Cancún

Roberto Cintrón Gómez, presidente de los hoteleros de la región, por su parte, señaló que los reportes del Laboratorio de Oceanografía Óptica de la Universidad del Sur de Florida han sido consistentes con los datos proporcionados por el Protocolo de Puerto Morelos, y aceptó que el modelo no se puede replicar en Cancún debido a que su morfología y oleaje son muy diferentes.

Añadió que la mayor de las perversiones que tienen las rentas vacacionales es que provocan pérdida de empleos, y esa baja de ocupación que se ha resentido, sobre todo en la pasada Semana Santa, contraviniendo las cuentas alegres de la Secretaría de Turismo (Sedetur), es una seria advertencia de que “el sargazo pone en riesgo la economía nacional”.

Puntualizó que los hoteleros “estamos pidiendo a gritos que se dé ya una solución y comentó que incluso le estamos diciendo al gobierno federal qué y cómo hacerlo, sólo falta que haya la voluntad política para echar a andar el proyecto: Si empezamos con que tenemos que hacer grupos y esas cosas, podría repercutir en las próximas vacaciones de verano”.

Sostuvo que el color, la sensación y el olor nauseabundo de la maleza marina inhiben las visitas a las costas afectadas, acarrea problemas ambientales y de salud pública, lo que afecta al sector del turismo con pérdidas económicas no sólo porque disminuye la derrama económica, sino que además se debe invertir para limpiar las playas.

Lamentó que a pesar de la urgencia de tomar medidas, en el gobierno federal aún se quiera crear una comisión creada con la Secretaría de Gobernación (Segob), que será la encargada de ofrecer respuestas y atacar el asunto de fondo porque, dicen, antes una secretaría hacía una cosa y una diferente otra; hoy se trabaja en una propuesta conjunta.

(Con información de La Jornada Maya)

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