Cancún, Riviera Maya, turismo y la invasión de los sargazos

“Todos” piden que “alguien” haga algo respecto a la llegada masiva de macro algas que invaden la zona turística de Quintana Roo

La proliferación de sargazo en las costas del Caribe mexicano no serían un problema si el turismo no se hubiera desarrollado en la zona que abarca de Isla Mujeres a Tulum, pasando por Cancún y la Riviera Maya.

Sería, simplemente un proceso natural más que ayudaría incluso a la conservación de los manglares y las playas acumulándose por toneladas año tras año enriqueciendo la vida natural tanto flora como fauna de la zona.

Oceanógrafos y biólogos tendrían un festín para estudiar y analizar, pero… resulta que hay decenas de miles de cuartos hoteleros llenos de visitantes durante gran parte del año y que dejan una derrama económica que se mide en millones de dólares.

¿Quiénes son los que se quejan?

En primera instancia, los turistas que no pueden disfrutar de las playas y el mar de la manera acostumbrada ante el exceso de algas.

En consecuencia, los hoteleros y prestadores de servicios turísticos en la misma zona (renta de motos acuáticas, parachutes, cuatrimotos, camastros, masajistas, restauranteros, etcétera)

Los gobiernos municipales porque no reciben el apoyo del Gobierno del Estado, y éste, por la falta de recursos federales para atender el problema.

Sin embargo, los principales beneficiarios económicos de la actividad turística, no parecen estar dispuestos a invertir en la solución del problema. Me refiero evidentemente a la iniciativa privada que se queda con la mayor parte de los ingresos turísticos.

Otros que se benefician en gran medida son los administradores locales, estatales y federales, que se llevan también una buena tajada del dinero de los visitantes.

Desde luego, están los beneficiarios indirectos y la sociedad en su conjunto que de una u otra manera ven reflejado el desarrollo turístico en sus bolsillos.

Sería bueno que sociedad civil, económica y política se pongan de acuerdo, dialoguen y establezcan los parámetros que para que cada quien aporte en la medida de los beneficios que recibe.

Y sobre todo, que los recursos concentrados no sirvan para engrosar las cuentas bancarias de algunos “amigos” de los gobiernos en turno y el problema siga allí para el próximo año.

Ahora que viene el presidente Andrés Manuel López Obrador, sería un buen momento para proponer, no sólo para pedir.