Altas rentas pegan a gente de Cancún, Playa del Carmen y Tulum

Miles de familias quintanarroenses se ven perjudicadas por las prácticas inmobiliarias injustas que encarecen las viviendas

Aún cuando la falta de vivienda en México es una deuda histórica, no es el tema a tratar en esta ocasión.

El asunto que hoy nos llama es el encarecimiento de la vivienda en las zonas turísticas de México, tomando como estudio de caso a Cancún, Playa del Carmen y Tulum, las joyas del norte de Quintana Roo.

En este 2024, los precios de las rentas en las urbes turísticas del país aumentarán hasta 25%, a debido a la gentrificación (nvasión de una zona pobre o de clase media) para renta o compra-venta a personas de mayor poder adquisitivo).

Una de los factores, que afectan a las ciudades quintanarroenses arriba citadas es la proliferación de hoteles todo incluido y las grandes cadenas hoteleras (5 estrellas o m ás), frente a la hoteleria de dos y tres estrellas o más.

Rivales indeseados de los hoteleros, los promotores de plataformas digitales para renta también contribuyen a la alza en el costa de vivienda, pues muchos rentan espacios a extranjeros o a connacionales con alto poder adquisitivo.

Al final, los trabajadores y sus familias que no tienen una casa propia, se ven obligados a rentar en precios excesivos las escasas viviendas que aún estén libres.

Si bien, este fenómeno se da en todo el mundo, el problema es más grave porque se favorece a la actividad turística en general, sin importar el perjuicio provocado a los que menos tienen, o sea, es un mal sistémico, más allá de políticas públicas.

Con salarios promedio de 15 mil pesos mensuales o menos, la renta de vivienda se vuelve inalcanzable para la gran mayoría de los trabajadores; incluso quienes tienen ingresos superiores a 30 mil pesos, se ven menguados en la satisfacción de todas las necesidades.

La alternativa es el hacinamiento de padres e hijos en cuarterías o pequeñas viviendas ubicadas en zonas todavía más precarias.

En el centro de Cancún, los precios de lugares pequeños se ubican en 13 mil 800 pesos. En tanto, el fenómeno se repite en los municipios de Solidaridad y Tulum. Este último, con una pésima y más deficiente infraestructura en todos los sentidos.

Un problema adicional es que muchos extranjeros no solo vienen de vacaciones sino que llegan a trabajar y radicar en esas ciudades, en perjuicio de los habitantes.

Sin embargo, atribuir los altos precios a esas u otras variables socioeconómicas es solo una manera de tegiversar las cosas porque no es obligatorio ni moral ni legalmente incrementar el valor de las rentas o ventas de viviendas en porcentajes de 20 o 30%.

Únicamente quienes son guiados por la ambición y el egoísmo (desgraciadamente la mayoría) agravan la situación de la vivienda para los mexicanos y los quintanarroenses.

ASsi que algo tendrá que hacerse en los diferentes niveles de gobierno porque que el ‘mercado inmobiliario’ no hará nada para autorregularse.

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