¿Vivimos en un narcoestado?, ¿desde y hasta cuándo?

Estos últimos días he leído sobre el asesinato de activistas como Baldenegro hasta tiroteos en un antro de Playa del Carmen y en la Fiscalía de Cancún. Todos tienen algo en común: el narcotráfico.

Mientras los legisladores se aumentan el sueldo para luego anunciar que lo rebajarán, apretándose el cinturón como el resto del país; mientras un exgobernador que se llevó todo y conserva poder en Quintana Roo se divierte en un juego de la NBA.

Mientras otros ex mandatarios gozan de libertad y protección aún cuando robaron a manos llenas, despojaron y malversaron, y peor, los dos ex gobernadores que engañaron a niños con supuestas quimioterapias se siguen dando la gran vida.

Y mientras el flamante presidente de la República pregunta ¿Qué hubieran hecho ustedes? me pregunto ¿qué tan comprometidos con el narcotráfico están desde funcionarios de alto nivel hasta niveles inferiores?

En pocas palabras ¿qué tan podrido está el sistema? ¿Qué tan jodidos estamos en México? Y no me lo pregunto para hacer comparaciones, como la mayoría de los jefes policiacos cuando ocurre un hecho violento «no estamos tal mal como Sinaloa», porque si a esas vamos estamos mejor que Siria, ¿no?

No, no es para eso, es para tener tan solo una vaga idea de lo que pueda venir.

Generalmente busco significados de palabras o frases en diccionario o en la red, hoy Wikipedia me dijo:

«El término narcoestado (de narco: droga y estado: conjunto de instituciones) es un neologismo que se aplica a aquellos países cuyas instituciones políticas se encuentran influenciadas de manera importante por el narcotráfico, y cuyos dirigentes desempeñan simultáneamente cargos como funcionarios gubernamentales y miembros de las redes del tráfico de drogas narcóticas ilegales, amparados por sus potestades legales».

Entonces, ya no sé…

¿Es por dinero? ¿Es por poder? ¿Es porque pueden? ¿Es porque nos dejamos? ¿Es porque así tiene que ser? Pero la pregunta clave es ¿hasta cuándo?