Violencia colectiva genera ruptura del tejido social y desconfianza

Libro propone vías para erguirnos ante la deshumanización que enfrentamos y recuperar el equilibrio como individuos y como nación

Salud mental y violencia colectiva. Una herida abierta en la sociedad –libro coordinado por el exrector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, y Dení Álvarez Icaza, secretaria técnica del Comité para la Atención a la Salud Mental de la Comunidad Universitaria– explica las huellas que las violencias colectivas de los últimos años han dejado en México y en los mexicanos.

Los 15 investigadores reunidos en esta obra analizan desde la psicología, sociología, psiquiatría y antropología el trauma colectivo que se ha generado, el fenómeno de la normalización y el discurso que lo alimenta, la violencia desatada contra las mujeres, los efectos del reclutamiento forzado, la trata y la impunidad; así como el papel que desempeña la migración o la pobreza, las consecuencias reflejadas en el consumo de alcohol y drogas, la debilidad institucional y la fractura de las familias.

El texto propone algunas de las vías que podemos transitar para erguirnos ante la deshumanización que enfrentamos y recuperar nuestro equilibrio, como individuos y como nación.

Autores

Los autores son: César Alarcón, Luis Astorga Almanza, Dení Álvarez Icaza, Juan Ramón de la Fuente, Carolina Espinosa Luna, Karla Flores Celis, Markus Gottsbacher, María Cecilia Jaramillo Minchel, David Márquez Verduzco, María Elena Medina Mora Icaza, Diego Morales Aguilar, Olmos Navarrete Rigo, Jesús Pérez Caballero, Luciana Ramos Lira, Néstor Rubiano Soto.

Salud mental y violencia colectiva. Una herida abierta en la sociedad no solamente centra su visión desde el ámbito de la medicina y la psicología, señala Dení Álvarez Icaza en entrevista con Gaceta UNAM. “Quisimos ampliar un poco nuestro campo de comprensión del fenómeno e incorporar a otros profesionistas de las ciencias sociales para poder hacer una lectura más amplia”.

El Seminario de Estudios de la Globalidad de la UNAM inició un trabajo con una visión interdisciplinaria, agrega, con el objetivo de hacer un análisis actual y profesional, bien informado, acerca de las consecuencias que ha tenido la violencia colectiva en la salud mental.

El volumen tiene tres apartados, explica: “En el primero lo que tratamos de dar es una visión general de la violencia colectiva, empezando por una discusión de lo que son sus definiciones, y lo difícil que es incluso hacer una determinación de este tipo de fenómeno. También un poco una precisión breve de cuál es su situación, misma que afecta a nuestro país en particular, y los tipos de este fenómeno que estamos padeciendo”.

En este primer apartado, acota, igual se incluye uno en el cual, de manera muy breve, se habla de algunas teorías de la violencia colectiva. “Es decir, cómo se dan sus procesos de socialización, y al mismo tiempo una discusión en torno de algunos de los factores sociales que se han vinculado con su desarrollo, como la diferencia de poder o algunas de las teorías relacionadas con el origen de la guerra”.

El segundo apartado, precisa, se dedica a las consecuencias que tiene la violencia colectiva en la salud mental y también en los aspectos psicosociales (el tejido social, por ejemplo) en fenómenos como el desplazamiento forzado o el incremento en las violaciones a los derechos humanos.

El tercer apartado busca, justamente, dar algunas propuestas vinculadas a la prevención de la violencia. Un análisis que se hace sobre la ley de víctimas, pensando que esa es la herramienta jurídica con la que se puede hacer valer la atención a la salud. “También realizamos un análisis de los modelos exitosos que se han propuesto para dar atención a la salud mental en las comunidades que han estado expuestas a violencia”.

Resiliencia de las comunidades

El problema de la violencia colectiva, añade, “es que genera una ruptura en el tejido social y propicia un menoscabo de la certidumbre, algo que se llama pérdida de confianza moral, que se refiere sobre todo a una desconfianza hacia los desconocidos. Esta ruptura del tejido social, esta desconfianza es muy grave, porque además se pierden los mecanismos de protección contra la violencia, que es la resiliencia de las comunidades, y también ciertas capacidades de organización de los propios grupos sociales para hacer frente a la violencia y generar mecanismos que permitan prevenirla”.

Lo que es importante de la lectura de la violencia colectiva, concluye, “es que los efectos no se puedan leer únicamente a nivel del individuo, sino que es posible estudiarlos a partir de la sociedad. Incluso cuando hablamos de salud mental –y aquí lo estamos haciendo de violencia colectiva–, no es válido nada más pensar en el efecto que tiene solamente en el individuo, tenemos que reflexionar en todas las consecuencias psicosociales”.

(Con información de Gaceta UNAM)

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