Usa Facebook información de 20 millones de españoles
Conoce su carácter étnico, sexual o político, tal como lo ha demostrado un estudio de la Universidad Carlos III de Madrid
Que Facebook sabe mucho sobre usted no es nada nuevo. Lo cierto es que ni siquiera hace falta que tenga un perfil en la red social para que tenga sus datos. Basta con que haga click en el icónico botón de «Me gusta» de la plataforma dentro de otro sitio web, para que la firma de Mark Zuckerberg reciba su información.
Información que, en algunos casos, puede ser comprometedora y traerle problemas en caso de que salga a la luz.
Ahora un estudio realizado por investigadores de la Universidad Carlos III (Madrid) sostiene que Facebook continúa utilizando etiquetas sensibles (de carácter étnico, sexual o político) en su red social para categorizar a 2.200 millones de personas en todo el mundo.
Información que podría estar a disposición de las empresas que se publicitan en la red social, aunque, eso sí, sin nombre ni apellidos.
«Facebook tiene interés en segmentar al usuario en base a razones de negocio. Cualquier plataforma que ofrece a los anunciantes el que su contenido sea publicitado entre un usuario que tenga unos intereses en concreto gana en relevancia.
Por eso ofrecen campañas segmentadas. Se trata de un producto de mayor calidad», explica a ABC el ingeniero e investigador de la Universidad Carlos III Ángel Cuevas.
Según el estudio, la plataforma de Mark Zuckerberg tiene categorizados al 67 por ciento de sus usuarios con etiquetas sensibles, que tienen que ver, como hemos explicado, con la ideología política o la orientación sexual, entre otras cosas.
Esta cifra, en el caso de España, asciende hasta el 72 por ciento. O lo que es lo mismo, unos 20 millones de personas.
Cabe recordar que, para recopilar información, Facebook se vale de distintos medios. Por ejemplo, la red social da la opción de rellenar campos en los que aparece dónde vive, dónde ha estudido, dónde trabaja o cuál es su número de teléfono.
También desprende de su actividad, tanto fuera como dentro de la plataforma, cuáles son sus intereses.
«Si estoy dentro de la red social y le doy «like» a una publicación sobre un grupo de rock; Facebook entiende que tengo interés en esa banda, en el rock y en la música.
Mas allá, la plataforma tiene presencia en muchas páginas web a través del botón de «Me gusta»», comenta Cuevas.
Ahora bien, ¿qué es lo que hace la tecnológica con esa información? La emplea para configurar paquetes segmentados de publicidad que ofrece a las compañías que se anuncian en su red social.
Sin embargo, todos esos datos son completamente anónimos, y, según señala Facebook, la empresa que se publicita no es consciente, en ningún momento, de quiénes son los usuarios que ven sus producto.
«Nadie puede acceder a la información de los usuarios además de Facebook, eso es cierto», reconoce el investigador de la Universidad Carlos III.
No es un delito, pero sí peligroso
Según el Reglamento General de Protección de Datos, que entró en vigor en Europa el año pasado, la información sensible debe ser empleada con sumo cuidado. En el párrafo 51 se recoge que «tales datos no deben ser tratados a no ser que el usuario de su consentimiento».
Algo que, en principio, eximiría a Facebook de cometer una infracción. Puesto que dentro de la red social se le da la opción al usuario de expresar su orientación sexual, sus creencias religiosas o su ideología política, entre otra amplia variedad de categorías. Sin embargo, no es obligatorio, ni de lejos, rellenar esos campos para abrir una cuenta.
«Facebook no cede a las empresas paquetes personales de usuarios, estos se encuentran segmentados. Las compañías envían la publicidad sin saber quién la recibe.
«Es importante distinguir entre que tú le des unos datos a la red social por voluntad propia, como sería tu orientación sexual, y que esta la esté compartiendo con nombre y apellidos con terceros. Cosa que no hace», explica a este diario el jurista digital Borja Adsuara.
A pesar de que Facebook no está llevando a cabo ninguna infracción, no cabe duda de que en caso de que estos datos sensibles acabasen en manos de quien no deben, podría terminar ocasionando un grave problema al usuario. «Terceros maliciosos podrían conseguir estos datos por medio de un virus informático.
Por ejemplo, en el caso de que se sepa que eres homosexual, esto te puede traer problemas graves en varios países en los que todavía está considerado como un delito», afirma Cuevas. Y es que, al final, el mejor dato es el que no se da.
(Con información de ABC)