¿Suplantan redes sociales a la familia y la escuela?
Hace medio siglo la familia era el principal modo de transmisión de valores hoy ha quedado atrás junto con la escuela, las religiones y el trabajo
Desde 1960 se comenzó con la aplicación de una encuesta que forma parte de un estudio que habla sobre cuáles son los factores que influyen sobre el modo de pensar de las personas.
En el tema de la transmisión de los valores este estudio habla de cinco principales sectores: la familia, la escuela, el trabajo, los amigos y el ambiente social, y los medios de comunicación.
Cabe destacar que en los años 60 apenas comenzaba la televisión a color y no había tantos canales como ahora, las redes digitales aún no existían.
Este estudio decía que la familia era el principal elemento de transmisión de información de valores. Quienes vivieron en aquella época y crecieron en este tipo de familias sabían que los papás eran quienes transmitían en vivo todo el tema de los valores en el seno de la familia.
La familia ocupaba entonces el primer lugar, después seguía la escuela a la par de las iglesias, luego los amigos, el trabajo y al final los medios de comunicación.
Hoy esta encuesta señala que el factor más relevante de impacto en la transmisión de valores lo ocupan los medios de comunicación.
La Iglesia, incluso, ha bajado bastante su nivel de influencia en este rubro, lo cual no es exclusivo de México sino que se trata de un fenómeno mundial.
La escuela y la comunidad de amigos se conservan prácticamente en el mismo lugar, son la familia y los medios de comunicación los que al paso de casi 60 años, han intercambiado posiciones en los extremos de la lista.
De acuerdo con Francisco González Garza, director general de ‘A Favor de lo Mejor’, organización cuyo objetivo es elevar la calidad de los contenidos de los medios de comunicación, en México la televisión no ha muerto, tan sólo se ha sumado a las nuevas pantallas digitales a través de las cuales chicos y grandes hoy consumen todo tipo de nuevos contenidos.
En el marco de su participación en el 1er Congreso de Política Familiar que se llevó a cabo en el Senado de la República, González Garza, destacó que la televisión abierta se mantiene en las preferencias de consumo del 89% de la población.
El consumo de televisión de niños de hasta 12 años es de 4.34 horas diarias en promedio. Con el uso de dispositivos móviles y pantallas digitales el consumo aumenta a un promedio de seis horas diarias para los niños menores de 12 años.
Una vez dicho esto, es importante hablar sobre la narrativa que tienen los medios de comunicación sobre la familia.
De acuerdo con Francisco González Garza, director general de ‘A Favor de lo Mejor’, esta organización lleva 20 años estudiando lo que se dice en los medios de comunicación. En este sentido destacó que los últimos cuatro años el tema de familia prácticamente ha desaparecido de una forma casi total.
La proyección que se da de la familia en los medios de comunicación generalmente es negativa. En las narrativas de series, programas y telenovelas se proponen familias desintegradas y “cuasienfermas”.
Se premia incluso en esas narrativas la infidelidad, el divorcio y hasta los triángulos amorosos. En un análisis de la perspectiva global son pocas las series que enaltecen a la familia y generalmente es al revés, no existe la familia pues está desintegrada, vista de lado, criticada o es irrelevante.
La cultura que se ve en los medios de comunicación es una cultura de promoción de la violencia, lo que es de suma importancia para la cultura que viven las familias.
Ahora las narco series que eran transmitidas en televisión de paga, ya las pasan en televisión abierta, lo que hace que esa cultura del narcotráfico sea presentada como una forma atractiva de vivir incluso en horarios no nocturnos sino donde los niños también tienen acceso a esta programación.
Ahí las familias que se presentan son delincuenciales y acaudaladas, y esa es la aspiración que se proyecta, un conjunto de personas que en un ambiente delincuencial se apoyan para penetrar a la policía o hacer negocios como prostitución, pornografía, etc. Esta cultura de violencia tiene un efecto muy grave.
Y qué hace el Estado al respecto, cuestiona Francisco González Garza. Está bien que no debe meterse con la libertad de expresión, pero tampoco debe hacer posible que todo tipo de comunicación indiscriminada llegue a la población vulnerable y sobre todo cuando se trata de la familia con una visión destructiva.
El reto es muy grande, pero se trata de una política pública que debería de ser cuidadosamente planeada en este tema de clasificar los contenidos, pues debe haber restricciones para públicos vulnerables.
En este sentido los creadores de contenidos que somos todos, subrayó González Garza, tenemos que volver a colocar la verdadera narración de lo que es la familia, con ingenio, pero también con capacidades de comunicación.
El Estado tiene obligación de tener una actitud protectora de públicos vulnerables sin violar libertad de expresión, pero tenemos que tener un marco protector.
En temas de contenidos se ha permitido que incluso se presenten modelos destructivos de sociedad, de la persona y de la familia, con una gran capacidad de comunicación; en cambio no hemos utilizado la comunicación como Estado como palanca de construcción nacional.
Por un lado, tenemos que exigir esa política de comunicación que en muchos países la hay y por otro lado, necesitamos otra vez el compromiso de creativos y comunicadores, desde los influencers nuevos hasta los productores de series de televisión y telenovelas para colocar estos temas de una manera adecuada, puntualizó Francisco González Garza, director general de ‘A Favor de lo Mejor’.
(Con información de Internet)