Soles negros, las terribles cicatrices de la violencia
El temor que viven los activistas, periodistas y familiares de los desaparecidos, lo podemos encontrar en otros países, no solo en México
Hace 20 años el cineasta canadiense Julien Elie visitó nuestro país, el viaje coincidió con los primeros reportes de feminicidios en Ciudad Juárez. El impacto de la noticia generó una idea en Elie, el resultado de ésta es Soles negros (Soleils noirs, 2018), documental que llega el próximo mes de octubre a la Sala José Revueltas del Centro Cultural Univesitario, en Ciudad Universitaria.
El largometraje, filmado en un prístino blanco y negro, hace una radiografía de las últimas décadas del país, tocando casos algunos de los casos de violencia –varios datan de los años 70– y desapariciones más recordados de México visitando estados como Guerrero, Tamaulipas, Estado de México, Veracruz, entre otros. Un muestrario lacerante de las cicatrices que la criminalidad ha provocado en territorio nacional.
En los 90, “conocía muy poco México y no me sentí como la persona indicada para abordar esos temas. Más porque había cineastas, de aquí y otros países, en mejor posición para hacer esa película.
“Durante muchos años pensé en el proyecto, a lo largo de 10-15 años comencé a venir mucho a México porque es un país que amo profundamente, a pesar de lo que está pasando, me dije que quería hacer algo al respecto. Buscar detrás de esas historias”, detalla el realizador en entrevista.
Como lo describe el programador Maximiliano Cruz en el catálogo del FICUNAM, festival donde el documental obtuvo el Premio del Público y una mención especial al mérito periodístico, “Elie se aleja de la alegoría y del gesto poético, echa mano del cine directo y confecciona un compendio cartográfico de la ignominia.
“A partir de testimonios de víctimas, periodistas, activistas, personas que han sido tocadas por el mal de una u otra forma, traza una red que devela una gigantesca fosa común rebosante de desaparecidos, aquellos soles negros que brillan bajo tierra para que los encuentren”, dice Cruz.
El director asegura que era importante iniciar el camino de la película en Latinoamérica con un festival mexicano, porque “había muchas propuestas para hacer el estreno internacional en otros festivales del mundo”, sin embargo, agrega, “para nosotros era prioridad iniciar en FICUNAM, en la Ciudad de México.
“Fue una buena decisión porque vivimos días increíbles conociendo al público y proyectando la película. FICUNAM es uno de los mejores festivales que hemos visitado este año, el equipo es increíble y su selección de películas es memorable”, aseguró.
Esta experiencia permitió que el equipo detrás de Soles negros viviera de primera mano la reacción del público mexicano y cómo ésta se replicaba en otros países donde se ha proyectado el largometraje.
“Al final no hay muchas diferencias, en México es un poco más fuerte. Es un tema muy triste, pero podríamos hacer muchos Soles negros alrededor del mundo. El tema principal es el temor, el miedo, como cineasta me interesa compartir sentimientos y ambientes. El temor que viven los activistas, periodistas y familiares de los desaparecidos, lo podemos encontrar en otros países. Seguramente en otros países no conocen a fondo el nivel de violencia que hay en México, pero estas mismas historias existen en otras partes”, argumenta Elie.
Elie afirma que su trabajo no busca crear una revolución, sino abrir una discusión sobre la situación que amenaza la cotidianeidad de muchos mexicanos, “como cineasta mi trabajo es hacer la película y si después puede aportar algo al discurso del país, me hace muy feliz.
“Eso es un regalo. Hacer una película es un proceso muy difícil, es un camino muy largo, espero que pueda aportar, pero sé que en este país hay grandes periodistas, escritores, cineastas, obras de teatro sobre la violencia que aportan mucho al tema”, explica.
El documental busca mostrar cómo la criminalidad y sus consecuencias no son un fenómeno reciente para los mexicanos, sino que se gestó a lo largo de varias décadas, así lo afirma su director: “no es sólo sobre lo que está pasando hoy, habla del pasado. La impunidad tiene mucho que ver con lo que está sucediendo.
“Quería hacer enlaces entre los eventos, no para decir que los delincuentes son los mismos, porque no son, sin embargo, las víctimas sí son las mismas. Algo que me impactó mucho al ver las caras de los jóvenes del 68, masacrados en Tlatelolco, y las de los desaparecidos de Ayotzinapa, es que son la mismas. Tienen la misma cara”, expresó.
Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, hay más de 40 mil desaparecidos en el país, por ello, en palabras de Julien Elie, lo más doloroso de la situación del país es que “la violencia sucede como en un mundo paralelo.
“Puedes vivir una vida normal y no saber nada de lo que pasa en cada esquina. Pasa también con los turistas de Canadá, Estados Unidos o de cualquier parte del mundo, vienen como si no pasara nada y no se encargan de nada. Es lo más difícil, entender la complicidad de la violencia”.
(Con información de Gaceta UNAM)