Resaltan papel de democracia en la lucha por la justicia social
La justicia social es “la consecuencia o respuesta que como individuos, sociedades y gobiernos debemos asumir frente a una condición de desigualdad profunda”, indicó Joaquín Narro Lobo, quien ofreció la conferencia magistral Justicia Social y Derechos Humanos del Seminario Permanente Internacional Interdisciplinario sobre Emergencia Social Comunitaria, organizado por la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM y la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Murcia, España.
Para el director general de Atención a la Comunidad de la UNAM, la justicia social brinda el acceso a empleos bien remunerados y con seguridad social, servicios de salud accesibles, asequibles y de calidad; vivienda con espacios suficientes y acceso a servicios básicos; alimentación segura y nutritiva; espacios de recreación y mecanismos para garantizar el cumplimiento de derechos fundamentales.
En el evento –moderado por Leticia Cano, de la ENTS–, el experto dijo también que la democracia, en todos los sentidos y no sólo entendida como el sufragio, es indispensable para que haya justicia social y derechos humanos. De igual forma, destacó que la falta de indignación es reflejo de la normalización con la que se asumen problemas estructurales como la pobreza, la exclusión, la corrupción, la impunidad, la violencia y la desigualdad.
Ante un escenario poco alentador debido a las crisis institucionales, las tensiones internacionales, el agravamiento de las condiciones climáticas, la deshumanización de las relaciones sociales por la hiperdigitalización y el vaciamiento de los valores culturales de Occidente, Narro Lobo presentó 10 propuestas:
- Disminución de las brechas de desigualdad.
- Fortalecimiento de los mecanismos de justicia legal.
- Atención a los factores que provocan distintos tipos de violencias en los entornos más inmediatos de las personas.
- Fortalecimiento de las instituciones estatales y replanteamiento de nuevas formas de organización política en las que se incentive la participación directa y permanente de las personas.
- Consolidación de las formas de gobernanza internacional.
- Buscar la disminución de tensiones internacionales privilegiando el diálogo.
- Atender la crisis climática, hídrica, ambiental y energética.
- Fortalecimiento del concepto de democracia más allá del sufragio.
- Equilibrio entre el uso de la tecnología y medios digitales.
- Replanteamiento del proyecto civilizatorio.
(Con información de Gaceta UNAM)