Por sus tuits, le dan 5 años de cárcel a opositor en Baréin
El opositor bareiní Nabil Rajab fue condenado el miércoles a cinco años de cárcel por unos tuits que denuncian la intervención de la coalición militar árabe en Yemen y casos de tortura en una prisión en Baréin, declararon dos oenegés.
Rajab es una de las personalidades de las manifestaciones de 2011 que protestaban contra el régimen de la dinastía sunita que dirige este país del Golfo con una población mayoritariamente chiita.
Este activista ya fue condenado en julio pasado a dos años de prisión por «propagación de rumores y noticias falsas» durante unas entrevistas televisadas en las que criticó al gobierno.
La condena de este miércoles fue pronunciada por la Alta Corte Criminal de Baréin, precisaron las dos oenegés, el Centro por los Derechos Humanos de Baréin (BCHR) y el Instituto de Baréin por los Derechos y la Democracia (BIRD).
Nabil Rajab fue condenado por unos tuits donde criticaba a Arabia Saudita y a sus aliados, entre ellos Baréin, por su papel en la guerra que azota Yemen desde 2015. También fue acusado de haber difundido críticas sobre casos de tortura en la cárcel de Jaw, en Baréin.
«Mi padre fue condenado a cinco años de cárcel y su primera reacción fue sonreír», reaccionó en Twitter Adam Rajab, el hijo del condenado.
«Este juicio es un ejemplo flagrante de la manera en que los tribunales en Baréin reprimen la libertad de expresión», estimó Sayed Ahmed Alwadaei, director del BIRD.
El 25 de enero, varios grupos de defensa de los derechos humanos, entre ellos la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) y la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), afirmaron que temían por la salud de Nabil Rajab, quien fue hospitalizado varias veces durante su detención.
El pequeño reino de Baréin, donde se encuentra la Quinta Flota de Estados Unidos en el Golfo, está dirigido por una dinastía sunita y se ha visto sacudido por múltiples altercados esporádicos desde la represión en 2011 de las grandes manifestaciones de la mayoría chiita en las que reclamaban reformas.
Las autoridades niegan cualquier discriminación hacia los chiitas y suelen acusar a Irán de «desestabilizar» el país, lo que Teherán niega.
(Con información de AFP)