Pluralidad y espíritu crítico, rasgos distintivos de UNAM
La autonomía académica y la libertad de pensamiento significan tanto pluralidad como función crítica en toda la vida universitaria
La autonomía académica y la libertad de pensamiento significan tanto pluralidad como función crítica, que se manifiestan en todos los órdenes de la vida universitaria, y van en paralelo con la búsqueda abierta y diversificada del conocimiento. La autonomía es tan actual y cambiante como la propia Universidad; no se trata de un valor estático, sino en constante metamorfosis, afirmaron destacados académicos de la UNAM.
Vicente Quirarte, integrante de la Junta de Gobierno, expresó que la autonomía es un tesoro que es necesario proteger, merecer y engrandecer, y que llamar a nuestra casa de estudios Universidad de la Nación es más que una frase retórica: es la confirmación de que es un resumen de la historia de México.
Como parte de la sociedad a la que se debe, esta institución tiene la obligación de responder a los grandes problemas nacionales con las armas de las que dispone: la tolerancia, la inteligencia y la libertad; esta última es esencia de la Universidad, bastión de la libre expresión del pensamiento. “Tenemos la enorme responsabilidad de ser autónomos; ejercer la autonomía es defenderla”, añadió el también investigador del Instituto de Investigaciones Bibliográficas.
En la continuación de los trabajos del Coloquio sobre los 90 años de la Autonomía Universitaria, la investigadora emérita de la UNAM, Silvia Torres de Peimbert, señaló que la universidad pública es una institución esencial para la vida democrática del país. Y su autonomía ha alentado la existencia de los más valiosos principios educativos, como son la libertad de cátedra e investigación, la pluralidad de posturas y creencias y, de manera destacada, la tolerancia y el respeto a la discrepancia.
La integrante del Instituto de Astronomía destacó que la universidad pública es también parte esencial del sistema social y cumple dentro de él una función especial, expresado en los fines de educar, investigar y extender la cultura. “Pertenece a la sociedad y está a su servicio”; así, el quehacer universitario es un bien público que adquiere sentido dentro de un proyecto de largo aliento que apunta a la construcción de una sociedad justa, democrática y equitativa. Su autonomía representa “la libre determinación de los universitarios para decidir el derrotero institucional en cualquiera de sus modalidades”.
En la mesa La autonomía y su función social, Pedro Stepanenko, director del Instituto de Investigaciones Filosóficas, recordó que las universidades han sido espacios de libertad que permiten el desarrollo de la conciencia crítica. Y la autonomía, educación científica e investigación libre y creativa, son los tres elementos que deben ir juntos para cumplir con los ideales universitarios.
La autonomía universitaria trata de los instrumentos legales que le permiten a la institución gobernarse de acuerdo con las normas que ella misma determina, las cuales le posibilitan elegir a sus autoridades, crear programas docentes y de investigación, organizar su presupuesto de acuerdo con las necesidades que los propios órganos colegiados determinan, o difundir la cultura de acuerdo con los valores que la propia comunidad elige. Por esa condición han luchado muchas generaciones, “y seguiremos haciéndolo”, advirtió.
En la mesa moderada por Imer Flores Mendoza, del Instituto de Investigaciones Jurídicas, el titular de la Facultad de Economía, Eduardo Vega, sostuvo que México no sería lo que es hoy sin la UNAM, y la Universidad no podría continuar con sus contribuciones imprescindibles al país sin la autonomía. Ella “es consustancial a nuestra responsabilidad pública y a nuestro compromiso universitario”.
La autonomía tiene expresiones asociadas con las funciones de esta casa de estudios: pluralidad de ideas y de conocimientos, de preferencias y convicciones, así como libertad de estudio, de cátedra, de investigación, de reunión y expresión. “Eso lo tenemos y es así porque somos autónomos”, recalcó. Aquí, sobre todo, se forman ciudadanos de pleno derecho, con responsabilidad, con crítica y compromiso con la sociedad. La UNAM, por esencia y autonomía, es una institución democrática, universal y abierta al mundo, opinó.
Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural, apuntó que una de las funciones centrales de esta casa de estudios es precisamente la difusión y creación de la cultura, relevante instrumento de transformación social. Y la metáfora perfecta de la autonomía se relaciona con la creación artística: los creadores la ejercen de la mejor manera posible, ya sea cuando un escritor o un compositor están frente a una página, un artista plástico frente a un lienzo, etcétera. Esa condición brinda la libertad para crear.
Pero la autonomía en términos culturales también implica la crítica como base del modo de ser del artista frente a la realidad y al poder. Desde la Universidad, la creación artística es infinitamente más libre; ella es un baluarte que intenta que valores como la libertad y la defensa de la diversidad, sean parte del entorno social colectivo, dijo en el Auditorio Alfonso Caso de Ciudad Universitaria.
(Con información de Gaceta UNAM)