Plantean la necesidad de un mundo nuevo tras pandemia
¿Es válido un sistema que distingue quiénes deben o no vivir? ¿somos un proletariado digital de empresas? o sólo nos une el miedo al contagio
Para un momento sin precedentes, un festival excepcional. Pocas veces la ciencia, la filosofía, la economía y el arte han estado tan de acuerdo: En la cuarta edición de El Aleph. Festival de Arte y Ciencia, dedicado a Las Posibilidades de la Vida: Covid-19 y sus efectos, se hizo evidente desde diversas miradas la urgente necesidad de un cambio de paradigmas y se planteó que el mundo, como lo conocíamos, no será más.
Compendio de dudas y certezas, El Aleph permitió preguntarse si puede ser habitable un planeta y un sistema que hacen distinción entre qué vidas deben salvarse y qué vidas no, como lo expuso la filósofa estadunidense Judith Butler; ¿nos hemos vuelto el proletariado digital de empresas estadunidenses?, se cuestionó el filósofo alemán Markus Gabriel, mientras que el filósofo francés Jean-Luc Nancy aseguró que si algo nos une en el mundo es el miedo al contagio.
La edición 2020 de El Aleph convocó a un millón 245 mil personas de 83 países, quienes presenciaron 167 actividades en las que intervinieron 170 artistas, así como estudiosas y estudiosos de la ciencia, las humanidades y la economía.
Desde su especialidad, las y los participantes reflexionaron sobre los retos que esta emergencia global impone, en seis ejes temáticos: Origen, Epidemia y pandemia, Posibilidades de medicamentos y estrategias sociales, El virus del miedo, Un día después y La vida.
Dirigido por Juan Ayala, secretario técnico de Planeación y Programación de Cultura UNAM, contó con la curaduría del divulgador José Gordon, la asesoría científica del físico José Franco y la colaboración de las coordinaciones de la Investigación Científica, de Humanidades y para la Igualdad de Género.
Capitalismo pandémico
El festival tuvo momentos memorables, como la conferencia ¿Qué Hace que la Vida sea Vivible? ¿Qué Constituye un Mundo Habitable?, de la filósofa estadunidense Judith Butler, quien dijo que la pandemia ocurre en un contexto de cambio climático y de un capitalismo que sigue considerando desechables las vidas de los trabajadores, lo que da la oportunidad al ser humano de revisar su relación con la Tierra y las condiciones sociales de interdependencia. “Los términos del conflicto se agudizan y debería surgir un acuerdo colectivo renovado con la igualdad social y económica”.
La pandemia, apuntó, ha mostrado cómo se podría regenerar lo natural si se restringiera la producción, se redujeran los viajes y disminuyeran las emisiones de gases. “Si la lección indirecta que nos deja es esta, eso implica que en el mundo pospandemia debemos reducir las huellas de carbono”. También ha quedado claro que la posibilidad de sobrevivir depende de una interrelación responsable con el resto de la sociedad. “No puedo disociar mi bienestar del de los demás. Si la pandemia nos enseña una importante lección de índole ética y social, al parecer es esa”.
Lamentó que los trabajadores se vean en la necesidad de poner en riesgo su salud durante la contingencia. “Bajo las condiciones de la pandemia ellos van a trabajar para poder sobrevivir, pero eso es precisamente lo que precipita su muerte. Así, se descubre desechable y reemplazable, puesto que la salud de la economía resulta más importante que la suya”.
Ante este panorama, comentó que tenemos que preguntarnos si queremos vivir en un mundo que hace la distinción entre qué vidas deben salvarse y cuáles no, y si siendo así es habitable. Son interrogantes, expresó, que surgen del corazón de una emergencia social y epidemiológica.
Un nuevo miedo
El filósofo francés Jean-Luc Nancy, uno de los pensadores contemporáneos más influyentes, ofreció la conferencia de clausura titulada Final del Mal Infinito. Lo nuevo en esta crisis de salud, aseveró, es el miedo. “Tenemos miedo de un contagio que parece singularmente tortuoso, de una enfermedad bastante esquiva que complica las medidas de protección y que amenaza de manera endémica, epidémica y, a menudo, de forma asintomática. Hasta ahora el miedo estaba relativamente limitado al ámbito de las enfermedades peligrosas, que en principio son bien identificadas”.
Manifestado por gestos y disposiciones que rápidamente alimentan una ansiedad suplementaria, como el uso de los cubrebocas y el distanciamiento social, sostuvo que hay algo infantil en este miedo que es impulsivo y no sabe expresarse. “Tenemos miedo de nosotros mismos, de todo lo indeterminado que nos rodea y que no dominamos”.
Crimen contra la humanidad
Por su parte, la joven y polémica filósofa india Divya Dwivedi subrayó que en medio del aislamiento sin precedentes que ha ocasionado la Covid-19 “estamos experimentado un retroceso en nuestra habilidad para comprender una auténtica situación de maldad en el planeta”. Asimismo, criticó la forma como muchos gobiernos han respondido a la crisis, ya que hay un hecho incontrovertible: “El sufrimiento que padecen tantas personas durante esta pandemia es de una magnitud equiparable a un crimen contra la humanidad”.
Para Dwivedi, quien ve a la filosofía como una práctica disruptiva, “la devastación causada por el virus y el confinamiento no distingue entre el primer y el tercer mundo, entre el norte y el sur global, pero sí entre los pobres y los ricos, los blancos y los negros, la clase alta y la baja, y entre todos ellos a las mujeres”, remarcó.
Presencia de las artes
Las artes tuvieron una destacada participación con montajes brillantes como el work in progress Verdecruz o los últimos lazaretos, obra dirigida por Mario Espinosa, basada en entrevistas realizadas a sobrevivientes de lepra del Hospital Gonzalo González, de Ecuador, y Cuando esto termine, del creador español Pere Mas, un vistazo al mundo íntimo del bailarín durante el confinamiento.
La Academia de Música Antigua de la UNAM (AMA-UNAM) y el ensamble Liminar colaboraron en el proyecto PASAsinCALLE, mutaciones musicales contingentes, un ejercicio de improvisación que aludió al método de replicación de un virus sujeto a mutaciones cada vez que se desdobla. Staccato Coro Universitario UNAM estrenó la obra Islas, de Diana Syrse, inspirada en los eventos que han cambiado al mundo durante la Covid-19, y el Taller Coreográfico de la UNAM (TCUNAM) presentó dos montajes: 11 Seen, de Sarah Matry-Guerre, basada en la teoría de las cuerdas, y Propitia Sydera, creada y dirigida por Diego Vázquez.
En colaboración con el Instituto Mexicano de Cinematografía, la Filmoteca de la UNAM presentó el ciclo Fantasías y pandemia, integrado por películas que abordan las epidemias o el encierro desde la perspectiva latinoamericana.
Las conferencias, las mesas redondas, las galerías digitales, los conciertos y las funciones que conformaron la programación de El Aleph podrán ser consultadas y revisitadas en la página electrónica culturaunam.mx/elaleph.
(Con información de Gaceta UNAM)