Perviven 68 idiomas y más de 364 variantes en México
Es importante reconocer y ejercer la diversidad lingüística del país como una riqueza heredad, indican Nadia López y José del Val
Alas y flores: la lengua materna en México vive hoy una ruptura entre la teoría de que es válida y hablada, y la realidad de su mínimo ejercicio cotidiano, por lo que se mantiene ocluida, encapsulada, coincidieron especialistas de la Universidad.
Nadia López García, poeta Tu’un Savi, egresada de Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras, y José del Val Blanco, director del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC), subrayaron no sólo la importancia de reconocer, sino de ejercer la diversidad lingüística de México, con 68 lenguas y más de 364 variantes.
Esto, a propósito del Día Internacional de la Lengua Materna, que se conmemoró ayer 21 de febrero.
Apertura
La generación de mis padres, relató Nadia López, fue muy golpeada físicamente, con castigos e insultos por hablar su lengua, aunque hoy en día estamos viviendo un cierto momento de remanso en el que hay apertura de hablar de las lenguas originarias; pero aun así, en el día a día, es muy complicado pensar en una diversidad lingüística palpable.
Somos un país, continuó, que cuenta con una ley de derechos lingüísticos y leyes secundarias donde se dice que puedes recibir educación, salud y justicia en tu idioma, pero en la vida real no lo es tanto.
“Aun en Oaxaca, de donde soy originaria, si solicitas algún documento administrativo y llegas hablando mixteco, es muy difícil que el funcionario te entienda; tenemos que usar el español como puente”, indicó.
Ahora que estamos viviendo esta pandemia, dijo la Premio Nacional de la Juventud 2018 en la categoría de fortalecimiento a la cultura indígena, faltan muchos médicos que hablen la lengua correspondiente de las personas.
“Cuando alguien de la comunidad se siente mal, quiere ir a que lo atiendan y no habla español, entonces buscamos a quien lo acompañe; incluso ahora que es un año electoral veo a muchos que pretenden ser presidentes municipales, pero a muy pocos que hablan la lengua del lugar que quieren gobernar”, comentó.
Asunto colectivo
Con estudios de Antropología Pedagógica por la Universidad de Barcelona, López García recordó que, por muchos años, hablar un idioma originario en nuestra nación fue un sinónimo de vergüenza, incluso se creyó que era un signo de atraso.
Ante esto, labora como tallerista con niños en actividades para la dignificación de la propia idea que tienen sobre su lengua materna.
“Algo primordial para que nuestras lenguas tengan mucha vitalidad y sigan vivas, es pensarlas como un asunto comunitario y colectivo, trabajarlas directamente con los hablantes.”
Debemos seguir ocupándonos en beneficio de que éstas puedan estar en todos los espacios, pero es necesario hacer más, añadió la ganadora del Premio a la Creación Literaria en Lenguas Originarias Cenzontle 2017.
“Ellas son lo que nos ancla a este mundo, no sólo son un sistema lingüístico fonético de morfemas. Aprendí mixteco a los ocho años y a partir de ahí mi mundo fue otro, porque una lengua no sólo te permite comunicarte sino ser poseedora de una herencia; es otra forma de hacer mundo”, acentuó.
Aquí un fragmento de Sangre, una de sus piezas poéticas:
“Me tu’un kitsia chikui /nuu. /Mee koo yo’o /saí ñuu savi /¿Ntaka’an?”
(“Mi palabra viene del agua /está viva. /Yo también estaba aquí /cuando se fundó el mundo. /¿No lo recuerdas?).”
Náhuatl
En Ciudad de México todo está nombrado en náhuatl; las flores, las montañas, la comida, los rincones, y nadie nos enseña esta lengua, se cree que es un asunto sólo de Milpa Alta o de Xochimilco, y por supuesto que no es así. Esto expresó José del Val Blanco, titular del PUIC.
“La lengua de los pueblos originarios, las lenguas maternas, tienen una construcción donde la persona siempre está en relación con la naturaleza, y con los otros”, aseguró.
Hay una especie de lógica que no comprendemos, una visión occidental donde todo se individualiza. Se separa la naturaleza de la cultura, y en ninguno de esos idiomas se concibe esta disociación.
“Desde la primaria se debería trabajar con el náhuatl, tener una hora con menores de quinto y sexto grados, que empezaran a vincularse y tener una comprensión más compleja de las cosas, valorizar la posibilidad de otra lengua”, sugirió Del Val.
El académico universitario informó que México Nación Multicultural, la asignatura optativa especializada que se imparte de manera transversal en la UNAM, ha sido cursada por más de 30 mil estudiantes, y en este año serán otros mil más.
(Con información de Gaceta UNAM)