No confío en los poetas que se arriman al poder
Fernando Valverde presentó su libro La muerte de Adonais: últimos días de John Keats y Percy B. Shelley, en la Casa de las Humanidades
La misión de la poesía es enfrentarse al poder, sin duda. No confío en los poetas que se arriman al poder, porque éste, sea de una ideología o de otra, produce desigualdad, afirma el poeta Fernando Valverde.*
En entrevista con Gaceta UNAM, agrega que “el poder no distingue entre los de arriba y los de abajo. El poder inevitablemente hace que no seamos iguales y la poesía lucha por algo que posiblemente no llegue nunca a producirse, pero que es su ideal supremo: la libertad y la igualdad en todos lados, mujeres y hombres del mundo”.
Afortunadamente lo que no nos ha podido robar el poder, considera, “es que la poesía sea ese territorio, ese espacio de libertad absoluta donde el poder no importa para nada”.
Vivimos en un mundo tan superficial en el que todos muestran su sonrisa, acota, “y creo que después de la pandemia, con lo que hemos sufrido, la muerte de familiares, vecinos, nos hemos sentido solos, deprimidos. Algunos hasta han querido morir. Creo que habría que hablar de eso, de esa desgracia, y yo no encontraba la manera de ponerle una sonrisa, como en un libro de autoayuda. Creo que ésa es la misión de los psicólogos o de los psiquiatras, pero los poetas tenemos que ponerle palabras a las cosas, pues hemos vivido una desgracia, y mi libro trata de navegar por ella”.
¿Cómo es escribir fuera del lugar donde creciste?
Valverde dice que “el desarraigo despierta en uno sentimientos que no habrían sido posibles allí dentro (Granada, España). También te da una visión del mundo desde otra perspectiva. Todos los granadinos tenemos una perspectiva parecida de cómo suceden las cosas, de qué manera ocurre una desgracia o se manipula una votación política o se influye en el resultado de una contratación”. Aprendió a amar a España de una manera diferente, “desde lejos, porque la echo de menos, porque la añoro, porque lo que se quiere en la infancia se quiere para siempre; pero también he aprendido a descubrir que muchas cosas que creí normales o que no eran tan malas, realmente son células cancerígenas que hacen difícil que España pueda progresar”.
Migrantes y la patria
No quiere ser injusto con su país respecto al tema migratorio. “Los españoles se rompían la camisa de pensar que Trump iba a construir un muro entre Estados Unidos y México, algo repugnante sin duda, pero ellos ni siquiera son conscientes de que España tiene una alambrada eléctrica entre España y Marruecos, que en realidad es un muro o peor que un muro. Me molestaba ese cinismo y utilicé esa red social (Twitter) para tratar de abrir los ojos de algunos compatriotas que creen que viven en un país mejor y más libre que Estados Unidos, en un país que no hace las cosas horribles que hace Estados Unidos, y están equivocados”.
Explica que la patria de los poetas es la lengua, la española, “somos poetas del español. La riqueza de la cultura nacional es algo fantástico y es en lo que hay que hacer hincapié y lo que tenemos que defender a capa y espada para que la globalización no nos lo robe. La riqueza de tener una lengua común y poder hablar un español global es también algo irrenunciable. A mí me costaría mucho trabajo entender mi poesía, poesía en español, sin Octavio Paz, sin Rubén Bonifaz Nuño, sin Ernesto Cardenal, sin Pablo Neruda, sin César Vallejo. No me sería posible”.
Fernando Valverde presentó hace unas semanas en la Casa de las Humanidades su libro La muerte de Adonais: últimos días de John Keats y Percy B. Shelley, editado por la UNAM.
(Con información de Gaceta UNAM)