La única (Guadalupe Marín) es provocadora y valiente

El libro que escandalizó a la intelectualidad mexicana es reeditado en la colección Vindictas

Las escritoras Elena Poniatowska, Sara Poot-Herrera, Anaclara Muro y Socorro Venegas se reunieron para hablar de la novela La única, de Guadalupe Marín, obra que autopublicara en 1938 y que, 83 años después, reedita la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial (Libros UNAM) como parte de la colección Vindictas. Novela y Memoria.

En la charla se analizaron las circunstancias que vivió la autora “y que le dieron una perspectiva privilegiada del medio intelectual mexicano de la primera mitad del siglo XX”. Se comentaron su relación sentimental con el pintor Diego Rivera y con el poeta Jorge Cuesta, así como su rivalidad con Frida Kahlo.

La única, dijo Socorro Venegas, directora general de Libros UNAM, causó un escándalo en el medio literario de la época por el crudo retrato que ofrece de algunas de las personas más relevantes de aquellos años en la cultura, como Narciso Bassols, quien entonces fungía como secretario de Educación, y el propio Jorge Cuesta, “ambos presentados en la novela con otros nombres, aunque se les identifica con facilidad”. Dicho atrevimiento fue motivo suficiente para confiscar el libro que da voz a una mujer franca y mordaz. “Al parecer, lo que más molestó a la élite intelectual posrevolucionaria no fueron sólo los juicios y opiniones de la escritora expresados en la historia, sino el hecho de que fuera una mujer quien hiciera esos señalamientos”.

Infiltrada

En la introducción de esta reedición ya disponible en la página www.libros.unam.mx, Anaclara Muro refiere que Marín “se volvió una infiltrada en la élite posrevolucionaria y se codeó con algunos de los artistas más respetados; sin embargo, demostró en sus novelas que no los idealizaba ni buscaba su aprobación, sino que buscó construir su propia manera de expresarse y gestionar su vida”.

En la conversación virtual, Sara Poot- Herrera resaltó la escritura obsesiva de la autora nacida en Ciudad Guzmán, Jalisco, el 16 de octubre de 1895, y remitió a lo que consideró el primer rescate en términos literarios de Lupe Marín, “una sobreviviente de sí misma”, refiriéndose al libro Dos veces única, de Elena Poniatowska, una literatura espejo de la primera novela de Marín, asidua lectora de Tolstói, Dostoievski y Pushkin, donde narra algunos de sus avatares y su descubrimiento de un mundo lleno de claroscuros e incongruencias.

En la novela, “que le exigió de una sólida investigación”, Poniatowska reconstruye lo más fielmente posible una existencia llena de pasión y de furia, y lo hace sin una pizca de condescendencia, añadiría Socorro Venegas, pues también veía en ella “una capacidad autodestructiva”.

A decir de Elena Poniatowska, Lupe Marín tenía una personalidad “tan fuera de los convencionalismos que creaba sus propias reglas”. Relató que su primera impresión al conocerla fue que se trataba de “una mujer con un fuerte carácter, con una gran capacidad amorosa hacia los demás y costumbres de provincia que jamás perdió”.

La escritora galardonada con el Premio Cervantes 2013 ofreció algunos detalles de la vida cotidiana y los rasgos de Lupe Marín: “Fue alguien muy valiente, una persona que enfrentaba todo y muy brava. Nunca quiso quedar bien con nadie, era auténtica, un estallido de mujer con una gran fortaleza”.

Agregó que una primera etapa de su vida “fue estar sometida, embelesada y endiosada con un extraordinario maestro, Diego Rivera, uno de los genios de la cultura mexicana”. Una segunda se dio durante su matrimonio con Cuesta, al que nunca leyó e hizo sufrir hasta el límite.

“La única es ya parte de la colección Vindictas. Novela y Memoria, que continúa con el rescate de títulos que por años estuvieron al margen del canon literario”. Ahora es turno de esta obra hasta hoy inaccesible para el gran público, “una novela rodeada de un aura de leyenda”.

Para Venegas, “brilla en las páginas de La única el valor, la autenticidad de una mujer que escribió sin miedo, en una época en que tenía todas las de perder, en que se enfrentaba sola a una sociedad patriarcal y conservadora. Esa es una lección fundamental para cualquiera, hombre o mujer, que quiera convertirse en escritor”.

(Con información de Gaceta UNAM)

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