El desafío de leer la realidad y afrontarla
“Un buen lector entiende lo que lee”, sentencia Felipe Garrido, creador emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte, quien ha dedicado gran parte de su trabajo a la formación de lectores capaces de producir textos.
Esto lo dice cuando está por comenzar la primera sesión del curso Aprender a Leer, como parte del programa Grandes Maestros UNAM, en el que explicará a qué se refiere cuando habla de lectores capaces de escribir textos, esa desproporción entre personas alfabetizadas y lectores autónomos, y también se encargará de analizar esta tendencia cuya problemática tiene origen en el sistema educativo y en la formación.
Felipe Garrido hace alusión al panorama educativo mexicano actual: en todas las universidades del país entre los alumnos de primer ingreso hay una proporción mayor de estudiantes que no leen a la que hay de quienes sí entienden lo que leen.
Y posteriormente plantea un escenario posible: “Imaginémonos las consecuencias de un alumnado que no entiende lo que está leyendo, que no puede hacer el resumen de un escrito o que no puede distinguir lo que es más importante”. Para el escritor nuestro momento histórico demanda la formación de personas que puedan leer su realidad para afrontarla.
No obstante, las cifras oficiales demuestran otra tendencia, el sistema educativo produce 30 lectores no alfabetos por cada cuatro auténticos. De acuerdo con Felipe Garrido, se trata de una enorme diferencia y se traduce en desperdicio de recursos y tiempos para los encargados de la educación.
“Si uno compara, hay una disparidad respecto de la población alfabetizada en el país que se ha conseguido elevar notablemente. En este momento se puede decir que 93 por ciento de los mexicanos están alfabetizados, pero también es algo desproporcionado en relación con los lectores capaces de producir textos”, asegura el autor de El buen lector se hace, no nace.
Lo que la nación necesita para revertir esta tendencia es que los lectores capaces de escribir se formen en la educación básica, pero la situación es difícil pues considera que ni la Secretaría de Educación Pública federal ni las secretarías de educación estatales toman en serio la lectura. Además piensa que no hay ningún programa de formación de lectores dirigido a los maestros al mismo tiempo o antes que a los alumnos.
“Se supone que los docentes deben ser lectores pero no todos lo son, yo diría que el número de maestros que sí es tan pequeño como el de lectores en la población”, aseguró.
Otra de las cuestiones es que aunque en la actualidad hay un gran número de programas que tratan de fomentar este hábito en instituciones de educación y en muchas universidades como la UNAM, no son suficientes porque la población que puede atender esos programas es muy pequeña respecto del total.
Cómo alentar
Felipe Garrido está convencido de que la única forma de acercamiento es leer con la persona, en voz alta y ponerles atención en lo que leen de forma consistente.
“Con frecuencia abandonamos a los alumnos muy pronto, por ahí de segundo o tercero de primaria, cuando empiezan a leer fluidamente. Cometemos el error de pensar que de ahí en adelante podrán hacerse cargo de su formación y la verdad es que tendríamos que seguir leyendo junto con ellos toda la vida. No hay por qué cortar la lectura en pareja, en grupo, con compañeros, es un ejercicio que no debería tener fin.”
Felipe Garrido es maestro de Literatura y de Creación Literaria en el Centro de Enseñanza para Extranjeros de la UNAM. Ha dictado conferencias e impartido cursos en México, España, Costa Rica, Colombia, Brasil, Uruguay, Cuba, Panamá, Estados Unidos y Canadá. Ha sido gerente de producción en el Fondo de Cultura Económica, director de Literatura en el Instituto Nacional de Bellas Artes y en la UNAM; en la SEP, director del programa Rincones de Lectura, entre otros cargos.
(Con información de Gaceta UNAM)