Drama en México: ser mujer, pobre, indígena y migrante
Prevalecen discriminación y discursos de odio; detonante de prácticas violentas de distintos órdenes: Tamara Martínez
La educación es una de las herramientas más poderosas que se tienen para la erradicación de la violencia en el mundo y una manera de lograr el acceso a la justicia para las mujeres migrantes, afirmó Tamara Martínez Ruiz, coordinadora para la Igualdad de Género de la UNAM.
Se trata de uno de los ejes más importantes para que se empoderen y accedan a un empleo, y con ello logren una mejor condición de vida, agregó al participar en el Segundo Encuentro Cultural Mujer Migrante de México y el Mundo, organizado por la Secretaría de Relaciones Exteriores por medio del Consulado General de México en Houston.
La universitaria recalcó que es preciso considerar la feminización de la migración como escenario contemporáneo. En 2017 “México fue el principal expulsor de mujeres; de la violencia no se cuenta con cifras exactas, sin embargo, se sabe que entre 24 y 80 por ciento de las migrantes y refugiadas experimentan violencia sexual en su tránsito”.
En la mesa Rechazando la Discriminación y los Discursos de Odio: Acceso de la Mujer Migrante a la Justicia, destacó que las mujeres y niñas migrantes y refugiadas se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad a lo largo de su trayecto y aún en su destino. “Una de las problemáticas a las que se enfrentan son los discursos de odio, que tienen detrás distintos niveles de violencia o agresión y consecuencias que muchas veces son fatídicas.
“Son un detonante de prácticas violentas de distintos órdenes, políticas, económicas o sociales, y de su perpetuación. Incluso, llegan a materializarse en crímenes contra personas o grupos por ser considerados inferiores o ‘peligrosos’”. Entre las migrantes todo esto encuentra uno de sus máximos grados de violencia en el feminicidio, alertó Tamara Martínez.
Ante los discursos de odio, acentuó la coordinadora, es imperante asumir una postura de cero-tolerancia y considerar límites entre la libertad de expresión y la incitación o promoción del racismo, sexismo, misoginia y xenofobia, entre otros. También se requiere incluir la perspectiva de género en el tema de las migraciones.
Para combatir la violencia de género y manifestaciones de odio contra las mujeres migrantes, la universitaria propuso, entre otras acciones, la colaboración entre instituciones políticas, organismos internacionales y sociedad; erradicar los modelos patriarcales, esa violencia y esos discursos al interior de comunidades educativas y otras mediante capacitación en igualdad y derechos humanos; y promover asignaturas enfocadas a la promoción de la igualdad.
María de la Luz Mijangos Borja, fiscal especializada en materia de combate a la corrupción de la Fiscalía General de la República, señaló que es preciso reconocer la importancia que tienen las mujeres dentro de esos flujos. Ellas conforman casi la mitad de los 272 millones de migrantes y la mitad de los 19.6 millones de personas refugiadas en el mundo.
Sus estrategias de viaje, explicó, son menos visibles porque usan vías alternas a las rutas más conocidas. “Aunque logran cruzar el territorio mexicano de forma más eficaz que los hombres, esto no quiere decir que su tránsito esté libre de violencia o que esté garantizada su seguridad física. Esa invisibilidad las vulnera”.
Para ellas, y en particular para las que son pobres, indígenas y migrantes, la justicia es un ámbito peligroso y puede llegar a ser un campo minado, un espacio que les es imposible pisar sin exponerse al maltrato o la expulsión.
Mismos derechos y oportunidades
Alicia Kerber Palma, cónsul general de México en Houston, dijo que la igualdad de género significa que hombres y mujeres deben recibir los mismos derechos y oportunidades, pero las estadísticas son claras y demuestran que ellas tienen menos oportunidades en materia de educación, salarial y acceso a la justicia.
Por ello, se creó la Ventanilla de Atención Integral a la Mujer. Cuando ellas son migrantes en EU no conocen las estructuras jurídica y administrativa ni el idioma, y es ahí donde los consulados entran en acción para apoyarlas a hacer cualquier reporte ante las autoridades correspondientes y que tengan acceso a la justicia.
Mónica Bauer, directora de Alianzas Estratégicas Comunitarias, enfatizó que muchos de los supremacistas piensan que dar los mismos derechos a las mujeres y minorías amenaza su estatus como hombres blancos en la sociedad. El feminismo es visto como destructor de la sociedad, ya que contribuye a que ellas tengan más derechos e igualdad.
(Con información de Gaceta UNAM)