Cómo evitar ser cómplices de la violencia de género
Los varones deben tomar conciencia de que son parte del problema, aunque no sean explícitamente violentos, dice el Instituto de Investigaciones Jurídicas
Coordinado por la Comisión de Igualdad y Equidad Género (CIEG) del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), se está llevando a cabo el Taller detox de masculinidad.
El taller, que está diseñado para impartirse en tres sesiones, forma parte de las actividades organizadas por la CIEG, una comisión de reciente creación en el IIJ que, sin embargo, ya ha generado un amplio plan de trabajo; su objetivo fundamental es lograr que el IIJ sea un espacio libre de violencia de género, y para ello ha organizado actividades muy diversas, y entre éstas se incluyó este taller.
El detox de masculinidad considera que los privilegios masculinos son la principal causa de los patrones estructurales de violencia y desigualdad de género en la masculinidad hegemónica.
El taller es impartido por Chris Gruenberg, abogado por la Universidad de Buenos Aires y maestro en derecho por la Universidad de Harvard, con 15 años de experiencia como abogado en derechos humanos, en el campo de derecho antidiscriminatorio y en el activismo LGBTI. También colabora con el IIJ en un diplomado sobre estrategias para la defensa de los derechos económicos y culturales.
Explicó que detox de masculinidad es un programa de capacitación para reflexionar críticamente y tener mejores herramientas para promover un cambio radical en la asignación de responsabilidades en las políticas contra la violencia de género.
“Este taller Surge como una necesidad que tengo como abogado en derechos humanos y como abogado feminista de liberar de toda responsabilidad a las mujeres por la violencia de género y enfocarnos en los privilegios de la masculinidad, en la masculinidad hegemónica, es decir, en las prácticas violentas de la masculinidad”, explica Gruenberg.
“El objetivo del taller es que los varones tomemos conciencia de que somos parte del problema, aunque no seamos explícitamente violentos; aunque no seamos machistas, somos parte del problema y tenemos que considerar una serie de estrategias y nuevas políticas para discutir entre nosotros, sobre todo con los varones violentos. No podemos ser cómplices de la violencia de género”.
Muchos hombres se asumen como feministas, pero ahí se queda su compromiso. Para el abogado argentino “hay distintos tipos de activismo, pero la peor actitud que podemos asumir es aparentar ser progresistas, feministas, aliados de las mujeres, pero no hacer nada”. Considera que este tipo de hombres son “feministas pasivos y feministas advenedizos”.
Dijo también que frente al reclamo feminista que está ocupando las calles a través del #niunamás y del #metoo, tenemos un gran desafío. “El #metoo implica una irrupción en las estrategias del feminismo en el que nos están diciendo a los aliados, a nosotros, que tenemos que pensar en nuevas estrategias políticas porque en las últimas marchas las mujeres nos piden que no ocupemos el espacio público, y nos ofendemos y reaccionamos afirmando que somos sus aliados, sus compañeros y que queremos participar”.
No entendemos que estas marchas, agregó, son contra los hombres, no sólo contra el machista violento, sino especialmente contra los varones feministas que no hacemos nada y que reforzamos nuestros privilegios.
“La idea de DETOX de masculinidad no es que la masculinidad sea tóxica en sí misma, sino que la masculinidad genera efectos tóxicos y que hay masculinidades que no son tóxicas, y son éstas las que tenemos que construir; no es un destino biológico ser violento porque uno es hombre, pero somos los varones feministas los que tenemos un papel político central”.
Recordó que en 2016, la UNAM abordó el problema de la violencia de género construyendo una serie de instituciones para implementar un protocolo, que es un modelo para otras organizaciones.
Agregó que somos el problema y tenemos la responsabilidad de imaginar nuevas formas de hacer política desde el feminismo y desde los derechos humanos; tenemos que organizarnos políticamente entre los varones, juntarnos para crear espacios de discusión, de debate público porque las mujeres tienen la capacidad de movilizar a 300 o 500 mil para una marcha de #niunamás, pero los varones no tenemos capacidad política de organizarnos en el espacio público.
“La Comisión de Igualdad y Equidad Género (CIEG) se instaló en enero de 2019 y ya se han organizado muchas actividades académicas, como seminarios, talleres, en los que intentamos posicionar temas vinculados al género”, dijo Guadalupe Salmorán Villar, académica del IIJ y coordinadora de la CIEG. “En este contexto el Taller DETOX de masculinidades se inserta entre estas iniciativas”.
“Evidentemente el título Taller detox de masculinidad es provocador porque estamos intoxicados de masculinidad”, dijo Adriana Segovia, del IIJ.
Agregó que hay un tipo de masculinidad en la que los hombres han sido socializados, sobre todo en una cultura machista y patriarcal. “Es una cultura global, pero tiene sus particularidades en México”.
El modo en que los hombres fueron socializados los obliga a ser de un cierto tipo, y ciertas características de esa masculinidad terminan siendo tóxicas porque tienen efectos negativos y llevan a la violencia, expresó.
“Se trata de cierta masculinidad, de tipo machista y patriarcal, que tiene un efecto en la vida diaria de las mujeres, en la que en la mayoría de las veces se considera que tienen papel pasivo o incluso de inferioridad en el que se subestima su trabajo cotidiano”, dijo Guadalupe Salmorán.
“La diferencia entre esta actividad y las demás es que generalmente terminamos hablando mujeres –que son el sector poblacional más lastimado-; éste en cambio es una iniciativa en la que se parte de una premisa fundamental: el involucramiento de los hombres, que los hombres sean los aliados para la lucha contra el machismo, la violencia estructural y la estigmatización de los dos géneros”, finalizó la investigadora del IIJ.
En la primera de las tres sesiones del taller se abordó La masculinidad como construcción social y La masculinidad como régimen político. Las siguientes sesiones del taller serán el 2 de octubre, en el Aula Reforma Política de 1977, y el 9 de octubre, en la Sala Niceto Alcalá-Zamora Castillo, de 11 a 15 horas.
En la sesión del 2 de octubre se abordarán La violencia de género como un continuo y Plan de acción M-Detox, y en la sesión final, los temas serán Estrategias para aplicar el enfoque interseccional contra la discriminación y Reflexiones finales.
(Con información de Gaceta UNAM)