Bradbury: la restauración de la gloria de escribir
El escritor estadounidense fue vendedor de periódicos y admirador de los dinosaurios, amante de México y de las momias de Guanajuato
La Universidad Nacional concluyó la conmemoración del centenario del escritor y poeta estadunidense, Ray Bradbury, con un homenaje convocado por el Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB).
Así, ni en alguna de sus más atribuladas proyecciones de ficción, el autor de Crónicas marcianas, texto que envolvió de terror y soledad a Jorge Luis Borges, hubiera podido ensoñar la evocación de su obra a cien años de su nacimiento, con más de 75 personas juntas en una sala virtual, detrás de una pantalla y desde su domicilio.
En el encuentro En Defensa del Libro, Ray Bradbury en su Centenario (1920- 2012), Vicente Quirarte, investigador del IIB, recordó las definiciones que el nacido el 22 de agosto de 1920 hacía de la ciencia ficción y la fantasía. “Lo primero, es aquello que puede ser, y lo otro es lo que no podrá ser”.
“Hoy podemos decir que la realidad supera a la fantasía. Muchas de las voces que aparecen como avances en su obra, son ya una realidad cotidiana en nuestros días”, mencionó Quirarte.
Grandes aportaciones
Expuso que Bradbury hizo grandes aportaciones en su ámbito. Restaurar, por ejemplo, la gloria de la escritura, con adjetivos plenos en significado, forjar un derecho a la imaginación, y dejar en claro que, si no se lee, no se cuenta con poder de decisión.
En su momento, vendedor de periódicos y admirador de los dinosaurios, amante de México y de las momias de Guanajuato, “no era la juventud lo que lo hacía escribir con rapidez, sino la honestidad y ejercer esa escritura antes de pensar en ello”.
Bradbury, según Quirarte, buscaba transformar la realidad mediante su visión metafórica, aseguraba que se debía leer poesía para “ejercitar los músculos que no se utilizan de manera cotidiana”.
Su poesía, continuó el también integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM, debe buscarse en la prosa, ahí está su frase: “Ama lo que haces, haz lo que amas”. “No es sólo un escritor, es además un gran pensador y un gran poeta. Él fue fiel toda su vida a ese consejo y lo hizo ser un grande”.
“Tuvo la previsión de que la era de la pantalla destruiría la lectura…porque los hombres-libro, como él, su misión es recordar, y si no es posible recordar, se es incapaz de pensar.”
Cultura escrita
En el aula virtual del IIB estuvo Pablo Mora Pérez-Tejada, director de esa entidad universitaria, quien aseguró que la necesidad del resguardo de la cultura escrita, nos ofrece la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de los libros.
“La lectura es el mejor mecanismo, el más inquebrantable para preservar también otros valores como el de la libertad. Su obra (de Bradbury) Fahrenheit 451, que publicó en 1953, es un texto que elaboró como una forma de prevenirnos del futuro, y no precisamente para adelantarse a él. Por eso su actualidad es ahora una forma de resistencia”, apuntó.
Con esta lectura, abundó, encontramos cierta certidumbre ante la implacable presencia de una pandemia que nos tiene recluidos, porque ésta “nos ha obligado a volver a la reconquista de esa cultura escrita, a la lectura como una forma de preservar nuestras ilusiones, imaginación y libertad ante el confinamiento”.
(Con información de Gaceta UNAM)