Sistema Penal Acusatorio, otro fracaso de PRI-Gobierno
A un año de la implementación del Sistema Penal Acusatorio (la reforma a la estructura legal emprendida por el gobierno compartido por el PRI y el PAN en los últimos 11 años) persiste la falta de resultados.
En un reportaje, el periódico apunta la confusión que genera entre todos los actuantes de la reforma penal, que transitó de un sistema escrito a uno oral, indicó el diario estadounidense The Washington Post.
“La policía se queja de horas perdidas en llenar formas laboriosas; los fiscales culpan a los jueces por liberar a los delincuentes; los jueces acusan a la policía mal capacitada de cometer errores en las escenas del crimen. Mientras tanto, los poderosos cárteles de la droga están explotando las debilidades en el nuevo sistema y están forzando a las autoridades de amenazas de muerte y sobornos”, indica el reportaje.
Por si fuera poco, el texto insiste en que los agentes policíacos apenas saben leer y viven en lugares donde parecen verdaderas zonas de guerra.
En entrevista con Juan Antonio Gutiérrez, un juez de Jalisco, este indica que la implementación del sistema no es posible, que es inoperante.
Desde el 2008, el gobierno de Estados Unidos invirtió en el Sistema Penal acusatorio mexicano, específicamente en equipar a las cortes, las policías y personal legal.
“Es difícil enfatizar la importancia de la reestructuración. Busca convertir a las Policías, notoriamente ineficaces, en investigadores profesionales. Fortalece la independencia de los jueces. Proporciona más derechos a los acusados en un país donde se sabe que las autoridades exigen sobornos, obtienen confesiones bajo tortura y evidencia médica”, dice el texto.
Además, un número considerable de sospechosos, precisa, son a menudo liberados por errores cometidos por policías y fiscales mal entrenados, muchas veces errores en el papeleo y porque la cadena de custodia de la evidencia es regularmente violada.
El nuevo sistema de justicia penal en México, señala, proviene de una vieja estructura legal basada en un sistema inquisitorial, modelado por el sistema de partido único que definió a México durante la mayor parte del siglo veinte.
En ese contexto, detalla el WP, la policía a menudo era vista como un instrumento de control, no de investigación, y se esperaba que los funcionarios judiciales fueran leales al gobernante PRI, en tanto que los jueces raramente estaban en desacuerdo con los casos escritos reunidos por los fiscales.
El WP advierte que los juicios orales también han puesto en mayor riesgo a los jueces, quienes ahora tienen enfrente a los criminales, quienes a menudo se ven amenazados.
“La turbulencia ha llegado durante el año más mortífero en la historia moderna de México. Los políticos echan la culpa cada vez más los cambios judiciales para vaciar las cárceles y avivar el crimen. Incluso aquellos que abrazan el nuevo sistema legal se preocupan por los fiascos de primer año”, alerta.
(Con información de Reforma, vía Regeneración)