Pululan fallas por abandono de décadas en el sector salud
La preocupación y ocupación en los tres meses recientes ha sido garantizar que los enfermos reciban atención médica adecuada, dijo Reyes Terán
Alrededor de 300 mil personas con un evento vascular cerebral (embolia) y 130 mil amputaciones de extremidades inferiores cada año, complicaciones de la hipertensión arterial y diabetes, representan la evidencia «clara y dura» del desastre que impera en el sistema de salud de México.
En apariencia, los servicios médicos funcionan, pero la emergencia por Covid-19 hizo «evidente el abandono por décadas» en clínicas y hospitales, afirmó Gustavo Reyes Terán, titular de la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad.
Advirtió que la preocupación y ocupación en los tres meses recientes, desde que en China dio a conocer la aparición del nuevo coronavirus, ha sido garantizar que los enfermos reciban la atención médica que requieran.
Es cierto que la población con mayor riesgo de complicación y muerte son los adultos mayores de 60 años. Así pasó en China y está ocurriendo en Europa. En México no puede ser diferente, pero aquí se enfrenta la realidad de las enfermedades crónicas históricamente desatendidas y descontroladas.
La evidencia está en los datos de las amputaciones y los eventos vasculares cerebrales. Cada año estas cifras se mantienen o van a la alza y comprueban que aunque las personas estaban afiliadas al Seguro Popular o son derechohabientes de la seguridad social, no han tenido la protección de su salud.
En entrevista con La Jornada, Reyes Terán, infectólogo con posgrado en virología, está encargado de varias acciones para hacer frente a la pandemia de Covid-19, entre ellas el Programa de Reconversión Hospitalaria.
Comentó que antes de la llegada del virus, estaba concentrado en mejorar la atención clínica, actualizar las guías de manejo y asegurar el plan de atención y medicamentos gratuitos.
Para ello reunió a grupos de expertos que, de entrada, señalaron deficiencias como la obsolescencia de las guías para el manejo de males como diabetes e hipertensión. Eso se refleja en las estadísticas, que señalan que en México hay 34 millones de personas con hipertensión, de las cuales alrededor de 17 millones tiene diagnóstico y toma algún medicamento. De éstas, la mitad tiene control del padecimiento, es decir, sólo 25 por ciento del total.
En diabetes, lo mismo. Hay entre 10 y 12 millones de individuos con diagnóstico y una cifra indeterminada desconoce que tiene la enfermedad. La mitad de los que sí saben están controlados, aunque algunos expertos aseguran que sólo 12 por ciento de los afectados tiene niveles de glucosa adecuados.
Ambos padecimientos, igual que las alteraciones en el colesterol, son silenciosos y con mucha frecuencia se identifican cuando sobreviene el infarto al corazón o el evento vascular cerebral. Y lo que se decía es que «el infarto es la principal causa de muerte en el mundo, que es normal y no. Es un problema del sistema de salud», sostuvo Reyes Terán.
Se pueden evitar con un sistema de salud que funcione, proporcione atención médica desde el primer nivel, donde se realicen actividades de promoción, prevención y detección temprana de enfermedades, además de ofrecer los mejores medicamentos disponibles.
La anterior guía para hipertensión, dijo, indicaba iniciar el tratamiento con un medicamento, al que se iban agregando otros, conforme fallaban en el control de la presión arterial. «Se hacía lo lógico, pero no lo que debe ser en medicina». A 60 por ciento de los pacientes con nuevo diagnóstico se les deben recetar dos fármacos y para favorecer la adherencia que sea una sola tableta.
En diabetes, el medicamento de uso masivo es la metformina. Actualmente existen presentaciones de liberación prolongada que permite una toma, en lugar de las dos actuales por día.
(Con información de La Jornada)