Peña, a la cabeza del Estado neoliberal corrupto
Ciudad de México. “A diferencia de la mafia del poder, el término cleptocracia define una dinámica distinta: es la institucionalización del robo. La mafia del poder es descriptiva, la cleptocracia es prescriptiva. La mafia del poder captura al Estado, la cleptocracia se vuelve el Estado”.
Así lo explica el periodista y teórico Jenaro Villamil, diciendo además que ese sistema institucional, que todo lo ha robado y que nada ha dejado para su pueblo, se viene abajo.
¿Qué habrá después de las elecciones? Es muy difícil decir ahora cuáles son las cosas que realmente se transformarán, pero algo no da de sí en este sistema.
Villamil lo explica es La cleptocracia: El nuevo modelo de corrupción (Grijalbo): “México vive una de las jornadas políticas más intensas, inciertas y polarizadas de los últimos años. La sucesión presidencial de 2018 no es el punto de arranque de un cambio, sino el desenlace de una historia que este país y su sistema político han vivido en las últimas cuatro décadas. ¿Continuará o cambiará el núcleo de la élite que ha gobernado el país desde la “toma del poder” de la tecnocracia en la década de los ochenta? ¿Seremos capaces de derribar el inmenso muro que separa a la sociedad civil mexicana de una clase política desgastada, desprestigiada, inmersa en una escandalosa decadencia? ¿Qué papel jugarán los factores externos, en especial los grupos de poder económico, político y militar de Estados Unidos, que nos ven como una extensión de su hegemonía? ¿Qué viene después de la elección presidencial: el reacomodo típico de los grupos que han dominado o la reestructuración de un sistema desgastado?”.
El libro es un compendio de todos los hechos que han marcado –sobre los que ha fracasado una y otra vez- el Presidente saliente Enrique Peña Nieto y además un análisis de la cleptocracia durante los últimos 40 años, donde el neoliberalismo ha hecho sus anchas y la teoría del derrame todavía la esperamos en forma práctica.
La “cleptocracia” no es la mafia del poder, sino el sistema mismo. “No es un asunto de “buenos” contra “malos”, es un problema de estructura, de arquitectura, de un sistema que sólo se sostiene bajo cimientos endebles. Un cáncer que ha invadido todo el cuerpo político e institucional. Corroe, corrompe, debilita cualquier anticuerpo democrático”, dice Villamil, un hombre nacido en Mérida en 1969, cuyos libros recientes son también La rebelión de las audiencias (2017), La caída del telepresidente (2015), Ciberdisidencias (2014), Peña Nieto: el gran montaje (2012) y Si yo fuera presidente. El reality show de Peña Nieto (2009).
“Etimológicamente, cleptocracia proviene del griego clepto (robo) y kratos (gobierno o dominio); es decir, “el gobierno de los ladrones”. Es la institucionalización del robo a costa de una constante simulación de legalidad. Es un cáncer que ha hecho metástasis sobre todo el cuerpo institucional, al grado de que es prácticamente imposible contar con anticuerpos judiciales, fiscales autónomos, mecanismos de rendición de cuentas reales, no simulados”, afirma.
Peña Nieto y compinches
–¿Fuiste viendo todas las acciones de Gobierno en pos de la cleptocracia?
–Sí, así es. Es un libro sobre los últimos 40 años de México, la explicación de la corrupción tan desatada que hay ahora y que se ha desatado en el caso del Gobierno de Enrique Peña Nieto y de los gobernadores priístas, de los políticos panistas, del perredismo, no es ajeno a una historia. Esa historia tiene que ver con el ascenso de la tecnocracia, en los últimos 40 años, llegó en 1982 y estamos viendo el declive de ese modelo y de esta cleptocracia que ha gobernado. Es un derrumbe muy fuerte.
–Tú hablas de la tecnocracia que es un modo de decir, el neoliberalismo, en un contexto donde parece no haber posibilidades de otro sistema. Parece ser que el neoliberalismo es la respuesta a todo
–Exacto. La cleptocracia es un sistema degenerado que puede ser desde un Estado populista, nacionalista o de un Estado neoliberal. Lo que los neoliberales quieren decirnos es que sólo hubo corrupción en México en la vieja época de López Portillo, de Echeverría… Y lo que estamos viendo en estos últimos años de neoliberalismo, defendido por una élite, fueron muchísimos más rapaces, muchísimos más ineficaces, más criminales en términos sociales que el nacionalismo. Se les ha caído la careta. Cuando ellos hablan de modernización y de no regresar a modelos anteriores, lo único que están diciendo y asumiendo que en los últimos 40 años lo único que hicieron fue derrumbar sus propias expectativas.
–Tal es así que cuando hablan del Estado nos dicen de Venezuela o de la vieja Unión Soviética, pero no ponen de ejemplo al Estado de Finlandia, donde entre otras cosas no hay una sola escuela privada
–Ellos usan propagandísticamente sus propias referencias. Hablan de Venezuela porque Venezuela está al margen del modelo neoliberal, pero ¿por qué no hablan de lo que está pasando ahora de Argentina, con una crisis terrible? Lo que está pasando en México es producto de ese neoliberalismo que se ha aplicado y en el gobierno de Enrique Peña Nieto alcanzó su máximo nivel.
(Con información de Sin Embargo)