Opositores al Tren Maya actúan como conservadores
Sus objeciones obedecen a su incredulidad de que se podía transformar al país por la vía pacífica y no por la armada, dice el presidente
Durante el diálogo con comunidades indígenas, el presidente Andrés Manuel López Obrador descalificó a quienes se oponen a la construcción del Tren Maya porque sus objeciones obedecen a su incredulidad de que se podía transformar al país por la vía pacífica y no por la armada.
«Se demostró que sí se pudo, y los que pensaban que no íbamos a lograr la transformación sin violencia están un poco desquiciados, los veo muy nerviosos, a veces actúan como conservadores».
Ante representantes de los pueblos mazahua, matlazinca, nahua, otomí y tlahuica, sin mencionar expresamente al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en tono molesto criticó su oposición al proyecto: “Digo esto porque ahora que lo estamos construyendo, inmediatamente se dice ‘no, porque van a acabar con los árboles, con la selva’”.
Aseveró que el Tren Maya transitará por la vía del ferrocarril construido hace 80 años de la Ciudad de México a Yucatán; se va a mejorar la vía que existe desde entonces. «No se va a tumbar un árbol», afirmó antes de expresar que esa oposición es porque quieren que «quedemos mal. Actúan como conservadores; la extrema izquierda y la extrema derecha se tocan».
Después de escuchar las demandas indígenas contra el avasallamiento de sus territorios por intereses privados ajenos a sus comunidades, el mandatario aseveró que «ya muchos están reflexionando que no se puede hacer oposición a un gobierno que está trabajando para servir al pueblo; si fuera un gobierno corrupto, opresor, se tendrían razones, pero estamos representando uno democrático, humanista. No vamos a cometer ninguna arbitrariedad».
¿Por qué hasta ahora?
A quienes objetan el Tren Maya, “les pregunto: ¿por qué no se opusieron en los gobiernos neoliberales a la entrega de 90 millones de hectáreas, desde Salinas hasta… (hizo una ligera pausa) el último gobierno federal.
“Los que ahora se oponen al Tren Maya no dijeron nada absolutamente. Saben cuántas hectáreas se han concesionado ahora para explotación minera: cero, ni una sola.
«Saben, llevo más de 40 años luchando en favor de los más pobres del país. Terminé la escuela en 1976, de ahí me fui de director del Instituto Nacional Indigenista a Tabasco, hace 42 años, y trabajé seis años en comunidades indígenas, mientras algunos dirigentes que ahora son defensores de los pueblos indígenas todavía estaban estudiando y no entendían ni han entendido lo que significan las comunidades indígenas, sus demandas y la necesidad de una verdadera, de una auténtica reivindicación», agregó.
No se necesita la relección
Más temprano, en Huayacocotla, Veracruz, convocó a sus simpatizantes a acelerar el paso para consolidar el cambio, porque no va a haber relección.
«Ya nos faltan cuatro años y ocho meses; no nos falta mucho tiempo y no va a haber relección, porque somos maderistas. También puedo decir que no lo necesitamos, porque si nos aplicamos y trabajamos 16 horas diarias en favor del pueblo, vamos a dejar sentadas las bases para que sea una realidad la transformación.»
Fue una gira convocada para encontrarse con las comunidades otomí, tepehua, huasteca y náhuatl, en la que López Obrador aprovechó para dar el enésimo espaldarazo al gobernador Cuitláhuac García: «en Veracruz tenemos la ventaja de tener un gobernador honesto, como Cuitláhuac, muy diferente a lo que había. ¿Para qué recuerdo lo que había? Es preferible olvidar».
En el diálogo con las comunidades, los representantes reprocharon el racismo y la marginación que aún padecen. «Tenemos recursos naturales, sin embargo, somos un pueblo que vive en la pobreza, enfrenta enfermedades, donde los jóvenes migran, se sufre discriminación y racismo; enfrentamos situaciones de violencia», indicó Emir Hernández, representante náhuatl.
Esta contradicción se explica «porque vivimos en una región donde hay fuertes cacicazgos, donde el gobierno no ha apoyado nuestras actividades productivas, no se ha garantizado el derecho a la salud. Nuestra región es donde permiten injusticias y no se persiguen los delitos, donde los intermediarios abusan y engañan y donde se permite el saqueo de nuestros recursos».
La descripción de sus condiciones de vida antecedió a una demanda: a consecuencia de la sequía que padeció la región en 2019 y que ha dejado desabasto de maíz y granos básicos, «es urgente un programa de emergencia para frenar la hambruna en nuestras comunidades».
Con la presencia de Raquel Sosa, coordinadora general de las Universidades del Bienestar Benito Juárez, se presentó un singular informe sobre el avance en el programa. Sosa aseveró que ya se inició la construcción de 85 de las 100 sedes, a pesar de lo cual dijo que «ya estamos entrando en este momento en el tercer ciclo educativo para nuestros estudiantes que iniciaron en marzo».
Añadió que “las escuelas que teníamos antes –sobre lo cual no abundó más– nos permiten decir que el próximo año vamos a tener los primeros titulados del programa Universidades para el Bienestar”.
(Con información de La Jornada)