Ofensiva de calificadoras crediticias contra México
Argumentan que las políticas son menos predecibles y afectan negativamente la confianza de inversionistas y perspectivas económicas
Ciudad de México. Tanto Moody’s como Fitch Ratings decidieron sumarse a la ofensiva estadounidense contra México y realizaron un ajuste negativo a la valoración de la economía mexicana y a la deuda soberana.
La agencia calificadora Moody’s Investors Service degradó la perspectiva de las calificaciones del gobierno de México a “Negativa” desde “Estable”, pero mantuvo sin cambio las notas crediticias ubicadas en “AAA”.
En un comunicado, la agencia calificadora con sede en Nueva York señaló que la decisión fue motivada por el debilitamiento del marco de política en dos aspectos clave, con potenciales implicaciones negativas para el crecimiento y la deuda.
En primer lugar, explicó, las políticas que ahora son menos predecibles están afectando negativamente la confianza de los inversionistas y las perspectivas económicas de mediano plazo.
En segundo término, argumentó que un menor crecimiento económico, aunado a cambios en la política energética y al papel que juega Petróleos Mexicanos, introduce riesgos para la perspectiva fiscal de mediano plazo, a pesar del compromiso del gobierno con mantener una política fiscal prudente en el corto plazo.
“La afirmación de la calificación de ‘AAA’ considera, por un lado, la extensa y diversificada economía de México, la elevada fortaleza fiscal y la baja susceptibilidad a eventos de riesgo, y por el otro, los desafíos relacionados a las débiles tasas de crecimiento, una fortaleza institucional más débil en comparación con los pares de calificación y un enorme sector informal” explicó Moody’s.
Moody’s considera que el grado de predictibilidad y efectividad de las políticas económicas en México se ha debilitado.
“Mensajes encontrados, anuncios de políticas inesperadas y su posterior reversión, como fue el caso reciente de falta de claridad sobre el uso del fondo de estabilización de los ingresos petroleros, son situaciones que introducen incertidumbre y disminuyen la posibilidad de poder predecir las políticas, circunstancia que está afectando el sentir de los inversionistas y las perspectivas de crecimiento”, detalló.
Agregó que la falta de articulación y ejecución clara de políticas está erosionando la credibilidad del programa económico. Además, la falta de coherencia en el marco de política económica ha menoscabado la confianza de los inversionistas, generando un impacto negativo en las perspectivas económicas de México.
Fitch ratings, en la misma vía
La agencia calificadora Fitch Ratings decidió degradar las notas crediticias del país de BBB+ a BBB con perspectiva estable.
De acuerdo con la firma con sede en Nueva York, la baja en la calificación se da por una combinación de mayor riesgo para las finanzas públicas de México debido al deterioro del perfil crediticio de Pemex, junto una perspectiva débil para la economía que se ve empeorada por las amenazas externas de las tensiones comerciales y cierta incertidumbre de la política interna.
En la escala de calificaciones, BBB, según la definición de Fitch, indica que existe un riesgo moderado de incumplimiento. Sin embargo, los cambios en circunstancias o condiciones económicas tienen más probabilidades de afectar la capacidad de pago oportuno que en el caso de los compromisos financieros que poseen una calificación más alta.
En su comunicado, la calificadora aseguró que el crecimiento económico continúa por debajo de lo esperado, además de que los riesgos a la baja son magnificados por las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles en México a partir del 10 de junio.
Eso no es todo. Fitch agregó que, si bien espera que el crecimiento acelere en el segundo trimestre del año, sólo alcanzaría un 1% el presente año.
“La menor inflación y los salarios más altos (derivados del aumento del salario mínimo) deberían respaldar el consumo, pero el sector energético, caracterizado por una tendencia a la caída de la producción en Pemex, y niveles de inversión más débiles, que reflejan una menor confianza empresarial, continuarán afectando el crecimiento”.
La otra preocupación que tiene la agencia calificadora es la situación de Petróleos Mexicanos (Pemex).
“Los diferenciales de la deuda de Pemex sobre la deuda soberana aumentaron sustancialmente en el primer trimestre del 2019, lo que llevó al gobierno a aumentar el apoyo. El costo fiscal de ese apoyo hasta la fecha representa el 0.2% del PIB en inyecciones de capital y menores impuestos efectivos, pero a juicio de Fitch no son suficientes para brindar una solución a largo plazo o evitar un deterioro continuo en el perfil crediticio de Pemex”, señaló Fitch Ratings.
Según la firma, Pemex no cuenta con los suficientes recursos para invertir en producción de petróleo y espera que ésta se contraiga un 5% en 2019 y 2020.
Por si fuera poco, advirtió que el apoyo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador a Pemex se extenderá en el mediano plazo con menor carga fiscal e inyecciones de capital lo que, a su vez, impactará de forma negativa las finanzas públicas de México.
(Con información de Proceso)