Negocian migración y narco por aranceles, EU y México

El gobierno mexicano anunció el despliegue de 6 mil agentes de la GN en la frontera con Guatemala y el bloqueo de cuentas

México incrementó el jueves los gestos para aplacar al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien lo acusa de no detener el flujo migratorio hacia el norte, mientras continúan las conversaciones en Washington para evitar la entrada en vigor de aranceles punitivos la próxima semana.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador anunció el despliegue de 6 mil agentes de la Guardia Nacional en su frontera con Guatemala y el bloqueo de las cuentas bancarias de 26 presuntos traficantes de personas, después de impedir la víspera el avance de unas 1 mil 200 personas cerca de su frontera sur.

México deportó además a más de 100 hondureños indocumentados, y detuvo a dos activistas acusados de ofrecer dinero a los migrantes para ingresar ilegalmente al país.

Y según el Washington Post, el país se comprometió a construir más centros de internamiento de migrantes y puntos de control para disuadirlos de dirigirse a Estados Unidos.

Pero la Casa Blanca no cejó en su intransigencia.

«Parece que nos estamos encaminando hacia los aranceles», dijo a Fox News la jefa de comunicaciones de la Casa Blanca, Mercedes Schlapp. «Por lo que hemos visto hasta ahora (…) simplemente no es suficiente».

Desde Europa, Trump reiteró su amenaza de aplicar gravámenes a todas las importaciones mexicanas a partir del lunes, comenzando en un 5% y aumentando mensualmente hasta un 25%, si México no frena el creciente número de migrantes, en su mayoría centroamericanos.

«Le hemos dicho a México que las tarifas siguen en pie, y lo digo en serio», declaró, insistiendo en que el gobierno de López Obrador debe «asumir el reto».

El presidente mexicano, que prevé ir el sábado a Tijuana, ciudad fronteriza con Estados Unidos, para «defender la dignidad» del país, dijo que se mantiene «optimista».

«Se va a llegar a un acuerdo», dijo, sin descartar represalias.

Trump regresa a Washington el viernes por la tarde y es poco probable que haya humo blanco en su ausencia.

¿México, tercer país seguro?

En el segundo día de negociaciones, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, dijo a periodistas que ve «avances» para superar el diferendo con su principal socio comercial, destino del 80% de sus exportaciones.

Su vocero, Roberto Velasco Álvarez, dijo en Twitter que «la postura de Estados Unidos está enfocada en las medidas de control migratorio, la nuestra en el desarrollo. No hemos llegado aún al acuerdo, pero continuamos negociando».

Antes, Ebrard declinó comentar si está sobre la mesa la posibilidad de que México, como primer país seguro al que ingresan los migrantes, acuerde con Estados Unidos aceptar todas sus solicitudes de asilo y evitar así que lo hagan en territorio estadounidense.

Tres días atrás había estimado que «un tratado respecto a un tercer país seguro no sería aceptable para México».

Según el New York Times, que cita fuentes cercanas a las conversaciones, esta diferencia aleja la posibilidad de encontrar una solución antes de la fecha límite del 10 de junio.

Reforzar la frontera

Esta es la primera condición que, según la administración Trump, México debe cumplir para evitar los aranceles.

Además, Estados Unidos quiere que México vigile con más firmeza su frontera sur para impedir el ingreso de indocumentados y que combata la corrupción de sus agentes en los puestos fronterizos, que hace posible el flujo hacia el norte.

La «irrupción» de migrantes en esa zona amerita reforzar las medidas de seguridad, dijo la secretaria mexicana de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

Y agregó que México investiga organizaciones que reclutan migrantes en las redes sociales para ingresar al país en caravanas.

Periodistas de AFP en el estado mexicano de Chiapas, limítrofe con Guatemala, reportaron un aumento de la presencia policial y militar en las carreteras que suelen utilizar los migrantes.

230 mil niños

La gran mayoría de los 144 mil migrantes detenidos en mayo en la frontera sur de Estados Unidos eran de Guatemala, Honduras y El Salvador, entre los países más pobres y violentos del continente.

La mayoría de ellos solicitó asilo en Estados Unidos, lo que hace imposible expulsarlos mientras se examina su caso.

Cuando Trump llegó a la Casa Blanca, se arrestaban solo 20 mil migrantes cada mes en la frontera.

El aumento se debe «a lo que sucede en los países de origen, pero también al hecho de que los migrantes saben que no serán expulsados si llegan con un niño», dijo a CNN la jefe de la Patrulla Fronteriza estadounidense, Carla Provost.

Según ella, 230 mil menores de edad han sido detenidos desde principios de año, «una cifra sin precedentes».

(Con información de AFP)

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