Menores, a merced de las adicciones

Ciudad de México.- A pesar de que los centros de Integración Juvenil reportan que hay niños que inician el consumo de drogas, alcohol o cigarro a los ocho años o menos, casi 30 por ciento de menores entre nueve y 12 años no recibe información en casa acerca de las adicciones, según un estudio de la Facultad de Psicología.

María Becerril Pérez, docente de la entidad, explicó que los infantes tienen una conciencia clara de que las adicciones implican problemas, y de que quienes las padecen son enfermos. “Hay un conocimiento general, pero no amplio ni específico del tema”.

Resultados de la encuesta

Al hablar de Percepción de los Niños y las Niñas acerca de las Adicciones, recordó que en 2014 un grupo de sicólogos de la propia entidad universitaria propuso al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología un proyecto de prevención de adicciones en esas edades.

Como parte del trabajo, se realizó un estudio inicial entre 161 menores de cuarto, quinto y sexto de primaria en una escuela pública, bajo un muestreo dirigido, a quienes se aplicó el llamado Test Sociocomportamental para Escolares, que consta de 90 reactivos.

La investigación –en la que participaron 48 por ciento de niñas y 52 por ciento de niños– arrojó que 71 por ciento sí recibe enseñanzas en torno al tema de las adicciones en casa; 25 por ciento no y cuatro por ciento no contestó.

En el ámbito escolar el porcentaje de quienes sí reciben información sube a 83 por ciento, pero otro 10 por ciento dijo que no y 7 no contestó. De ese modo, “podría haber 17 por ciento de infantes que no recibe ningún tipo de información y quienes serían absolutamente vulnerables”.

Ante la pregunta de qué es una adicción, resultó que 29.8 por ciento tiene un conocimiento básico; 32.3 la ejemplifica; 19.9 tiene un conocimiento amplio (cuántos tipos hay y sus consecuencias); 9.9 no sabe y 8.1 no respondió.

Sobre el tipo de adicciones, 21.1 por ciento conoce acerca de drogas legales, 3.7 de ilegales, 1.2 de adicción a la comida y 9.3 a la tecnología; 51.6 mencionó más de dos; cinco por ciento, ninguna; 2.5 no sabe y 5.6 no contestó.

Además, 81 por ciento considera a las adicciones como una enfermedad y 53 por ciento cree que un niño puede padecerlas, aunque asociadas a tecnología y comida; 84 por ciento dice que los adolescentes pueden padecerlas asociadas a drogas legales e ilegales.

En cuanto a los adultos, precisó la experta, 71 por ciento de los infantes cree que sí las padecen, pero lo focalizan a sustancias legales, como alcohol y tabaco. Por último, 91 por ciento considera que las personas adictas enfrentan problemas.

Como parte del Coloquio Prevención de Adicciones en Niños, Niñas y Adolescentes, María Becerril Pérez sostuvo que entre otros mitos se asume que los niños no son vulnerables ante esta situación, debido a que es un comportamiento esperado hasta la adolescencia. Empero, la realidad señala lo contrario.

Responsabilidad de los docentes

Susana Eguía Malo, también de la Facultad de Psicología, habló del papel del docente en la prevención de estas conductas en niños y adolescentes. “Se trata del primer adulto capaz de notar las características de sus alumnos, de identificar comportamientos disruptivos y repetitivos”.

Por ello, abundó, puede aprovecharse la sensibilidad de los profesores, su capacidad de observación y el interés por sus alumnos, para prevenir actos adictivos.

En este caso, apuntó, se aplicó el Cuestionario Experimental para Maestros (elaborado por Ampudia y Becerril, y que cuenta con 75 reactivos en cuatro áreas) a una población de 94 docentes de educación básica.

Los mentores –81 por ciento mujeres– de entre 22 y 62 años, trabajan en el sur de la Ciudad de México; 75 por ciento cuenta con un nivel de estudios de licenciatura, 13 por ciento con posgrado y 12 por ciento con especialidad.

Los profesores detectan que la mitad de los estudiantes presentan rezago educativo; 44 por ciento falta de atención; 43 por ciento tiene problemas para concentrarse; 66 por ciento agrede verbalmente y 40, físicamente; 38 por ciento habla mal de los compañeros; 20 por ciento es tímido e introvertido, y 61 por ciento dice que en la escuela le enseñan el tema de las adicciones, destacó la especialista.

La investigación concluyó que sí es posible trabajar a nivel preventivo con los maestros de educación básica, porque son sensibles a las problemáticas de los menores y capaces de identificar características de comportamiento. “Están interesados en actualizarse para apoyar a sus alumnos”, finalizó Eguía Malo. (Con información de Gaceta UNAM)

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