Lucha anti covid 19 agudizó la inseguridad alimentaria
La deficiencia en ingesta de alimentos golpeaba a 45% de la población y alcanzará ahora entre 60 y 65%, aseguró la académica Miriam Beltrán
Ciudad de México. La Covid-19 agudizó la inseguridad alimentaria en México, condición que 45 por ciento de la población padecía severa o moderada, y alcanzará ahora al 60 o 65, aseguró hoy la académica Miriam Beltrán.
La especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explicó en el Ciclo de Foros académicos de ese centro de estudios que se llegó a esas conclusiones en una investigación después que la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alertara del problema de la pobreza desde la perspectiva del consumo más que de la producción o distribución.
Señaló que la insistencia en la gravedad de la obesidad ha generado que se hable de ese mal, sin advertir que las crisis económicas son responsables de buena parte de ese padecimiento, que afecta sobre todo a los sectores vulnerables que sufren también hipertensión y diabetes, derivadas de su forma de comer.
Esas personas ahora cargan, además, la infección del SARS-CoV-2 con un regreso a la medicalización exacerbada, agregó.
La docente del Departamento de Atención a la Salud de la Unidad Xochimilco recalcó que la Covid-19 es más grave en personas con diabetes e hipertensión, por lo que el gobierno mexicano tomó la decisión urgente de tratar el asunto de la nutrición y aceleró procesos en materia de impuestos a bebidas azucaradas que, de momento, no ha movido un ápice los índices de sobrepeso en niños o adultos.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018 refieren que aun cuando la gente sabe que el consumo de esos productos puede ser un riesgo para la salud, los ingiere en forma cotidiana, lo cual revela un asunto de orden cultural que todavía no se atiende.
La insistencia en la salud alimentaria actúa sobre la corporalidad y los factores relacionados con el peso, pero se habla poco o nada de la inseguridad alimentaria, lo cual provoca que grupos más vulnerables aumenten la ingesta de aquellos ricos en energía, sal y grasa a pesar de ser más caros, mientras tienden a descartar comestibles frescos.
La doctora Beltrán explicó que las autoridades han dejado fuera cualquier análisis de carácter sociocultural y ante la agudización del modelo médico hegemónico basado sólo en la atención clínica, apenas evalúa el impulso de proyectos de atención primaria a nivel federal.
(Con información de Prensa Latina)